"La Autoridad (de Medios de Etiopía, EMA por sus siglas en inglés) extiende a vuestra institución una advertencia escrita con el entendimiento de que, en ausencia de una actividad periodística ética y profesional, la Autoridad estaría obligada a revocar la licencia otorgada a su institución para operar en Etiopía", declara en un comunicado publicado este viernes por el organismo en Twitter.
La carta se dirige contra la agencia de noticias británica Reuters, la estadounidense Associated Press, la radiotelevisión pública del Reino Unido (BBC) y la cadena de televisión estadounidense privada CNN (Cable News Network).
La amenaza se produce en medio de un escenario volátil en Etiopía, con los rebeldes del Frente Popular de Liberación de Tigray (FPLT), partido que gobernaba la región antes del inicio de la contienda, y otros grupos armados anunciando su intención de marchar sobre la capital, Adís Abeba.
Durante todo el conflicto, que ya dura más de un año, los medios de comunicación internacionales han encontrado inmensas dificultades en su cobertura -viendo su acceso bloqueado durante los primeros meses- y han sido a menudo blanco de las críticas del Ejecutivo federal, que los ha acusado de posicionarse al lado de los rebeldes tigriños.
En el comunicado publicado hoy, la EMA ha acusado a estos medios de "poner en peligro la soberanía" del país africano con su trabajo periodístico.
El organismo señala como malas prácticas la documentación del uso de la violación y el hambre como arma de guerra por parte del Gobierno etíope durante el conflicto, algo de lo que, sin embargo, han alertado ONG, organizaciones de derechos humanos y organismos internacionales.
"Está claro que la violación y la violencia sexual se han utilizado como arma de guerra" dijo por ejemplo en agosto la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, a raíz de la publicación de un informe.
Asimismo, la ONU ha denunciado un "bloqueo de facto de la ayuda humanitaria" para acceder a Tigray por parte del Gobierno federal, empeorado desde que los rebeldes tomaran en junio el control de la región, algo que el Gobierno niega.
En este sentido, ningún suministro humanitario gestionado por la ONU ha entrado en la región norteña desde el 18 de octubre, señala la organización, si bien el portavoz del Ministerio de Exteriores etíope, Dina Mufti, anunció este jueves que se ha permitido el acceso a 369 camiones que permanecían varados.
La guerra de Tigray estalló el 4 de noviembre de 2020, cuando el Gobierno federal ordenó una ofensiva contra FPLT en represalia por un ataque contra una base militar federal y después de una escalada de tensiones políticas.
Desde entonces, miles de personas han muerto, unos dos millones se han visto desplazadas internamente en Tigray y al menos 75.000 etíopes han huido al vecino Sudán, según datos oficiales.
Casi siete millones de personas afrontan una "crisis de hambre" por el conflicto y al menos 400.000 personas viven ya en condiciones de hambruna, según la ONU.