"Nuestra postura fue apoyar la convocatoria de un diálogo (...) y afirmamos que el país no necesita que el diálogo sea interrumpido en este momento de adversidad y aflicción", indicó Raad tras su reunión con Aoun, según informó la Presidencia libanesa en su cuenta de Twitter.
Hace dos semanas, el jefe de Estado llamó a un diálogo "urgente" para lograr un consenso en importantes asuntos económicos y de seguridad ante la parálisis en el Consejo de Ministros, que no se reúne desde mediados del pasado octubre por un presunto bloqueo de las formaciones chiíes Hizbulá y Amal.
Ambos partidos pretenden que el Gobierno intervenga para relevar al investigador judicial Tarek Bitar, a cargo de la pesquisa sobre la explosión que en agosto de 2020 causó más de 200 muertos en Beirut, y que también investiga a exministros de Amal por presunta negligencia en ese caso.
Aoun, cuyo partido cristiano mantiene una singular alianza política con Hizbulá, reconoció que la única forma de lograr avances urgentes requiere una sesión del Gabinete: "El presidente de la República demandó que el Consejo de Ministros se reúna para decidir este y otros asuntos urgentes pendientes, pero esta petición no ha sido respondida", explicó la Presidencia en un comunicado, al recordar que el actual Ejecutivo "no ha dimitido ni es interino".
En particular, al jefe de Estado le preocupa la aprobación del presupuesto estatal para 2022, una demanda del Fondo Monetario Internacional en las negociaciones para un plan de recuperación ante la grave crisis económica que sufre Líbano desde finales de 2019.
En los últimos días, la libra libanesa ha alcanzado un tipo de cambio de 30.000 unidades por un dólar en el mercado negro, lo que supone una pérdida de su valor de cerca del 95 % desde el inicio de la crisis.