Lario, de 44 años y especialista en financiación del desarrollo, quiere "intensificar la acción sobre el clima", "movilizar inversiones del sector privado para impulsar la transformación de los sistemas alimentarios" y "apoyar a los productores a pequeña escala", explicó hoy el FIDA en un comunicado.
"Nuestra misión nunca había sido tan urgente, ya que la vida y los medios de subsistencia de las personas pobres del medio rural de todo el mundo se ven amenazados por la inseguridad alimentaria, el cambio climático y los conflictos”, pero "si sumamos el compromiso y los recursos para lograr un cambio duradero, nuestra capacidad para diseñar el futuro es mayor que nunca”, explica Lario, que estará al frente del FIDA durante los próximos cuatro años.
El nuevo presidente de la agencia de la ONU encargada de erradicar la pobreza rural fortaleciendo la seguridad alimentaria y la resiliencia era su Oficial Principal de Finanzas desde 2018 y en este tiempo ha emprendido iniciativas destinadas a aprovechar las inversiones del sector privado para ayudar a millones de productores en pequeña escala y comunidades rurales.
Gracias a su gestión, el FIDA se convirtió hace unos meses en el primer organismo de Naciones Unidas en emitir bonos de desarrollo en los mercados financieros, una medida con la que espera potenciar para "movilizar más capital y lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible de 'Hambre Cero' en 2023, según explicó a EFE tras su elección en julio pasado.
Ahora, Lario quiere lograr el objetivo del FIDA de duplicar el impacto de su labor en las comunidades pobres de las zonas rurales para 2030, para lo cual impulsará la labor del organismo encaminada a la adaptación al cambio climático, que será prioritaria.
Los agricultores en pequeña escala en situación de pobreza producen un tercio de los alimentos que se consumen en el mundo, pero reciben menos del 2 % de la financiación para el clima y son los que mayores dificultades encuentran a la hora de adaptarse a los cambios circunstanciales como la sequía, los fenómenos meteorológicos extremos y la pérdida de cosechas, explicó el FIDA.
“Vamos pasando de una crisis a otra, centrándonos en la asistencia inmediata, pero si queremos evitar quedarnos estancados en el mismo punto en los próximos cinco años, tenemos que invertir en el mediano plazo, lo que significa nada menos que apostar por la transformación de los sistemas alimentarios y la adaptación al cambio climático”, señala.
En su opinión, “los esfuerzos de los Gobiernos y la ONU por separado no bastarán" pues . "se trata de un reto común a escala mundial tanto para el sector público como para el privado, ya que todos podemos beneficiarnos de la seguridad alimentaria y la estabilidad mundial, al igual que podremos sufrir sus consecuencias si no tomamos medidas”, concluye.