Setenta y ocho piezas de las 300 que componen la colección lucen ya en el museo de la Fundación Barrié, en la ciudad gallega, después de seis años de trabajo para conseguir que la exposición fuera una realidad, tras sortear los obstáculos que se presentaron en el camino, primero la pandemia del coronavirus y, recientemente, un huracán que complicó el traslado de los objetos.
La directora de la Fundación Barrié, Carmen Arias Romero, explicó este jueves que es "una de las colecciones de arte asiático más exquisita", el "mayor reflejo de las inquietudes de su propietario, pionero en convertir el coleccionismo particular en un agente de apoyo intercultural en las relaciones de EE.UU. y Asia en plena Guerra Fría".
Cuando los Rockefeller, John y su esposa Blanchette, empezaron a coleccionar arte asiático en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, priorizaron clásicas obras maestras del arte que representasen las habilidades técnicas y amplitud creativa asiáticas.
Pauline Forlenza, directora y CEO de la American Federation of Arts, asociación con 110 años de historia y sede en Nueva York, se mostró orgullosa de que la colección haya llegado a la Fundación Barrié y a Europa, después de que las "circunstancias obligaran a retrasarla varias veces", y abogó por disfrutarla.
Los Rockefeller seleccionaron piezas de Camboya, China, India, Japón, Nepal, Sri Lanka, Tailandia, el Tíbet y Vietnam, desde objetos de uso cotidiano hasta vasijas del ámbito imperial, entre ellas la más antigua de la exposición, del siglo VI antes de Cristo, así como objetos ceremoniales budistas y también esculturas del culto privado hinduista.
"Está exposición es muy potente porque representa todas las variedades de la práctica budista", explicó, en un recorrido por la muestra, Laura Weinstein, de la Asia Society, entidad que en 1979 recibió la colección de los Rockefeller tras el fallecimiento de John.
Además de exponer la muestra, la Fundación Barrié ha organizado una serie de actividades complementarias, entre ellas un ciclo de conferencias con expertos del arte asiático en las que también se recordará la visita de Rockefeller a Galicia en 1929.