Las hostias -círculos de pan ácimo- son una parte fundamental del rito católico de la eucaristía, el momento cúlmen de la misa.
“A todas las diócesis les comunicamos que ya no hay hostias a la venta. Hemos estado trabajando con la poquita harina que quedaba y ya lo que había de reserva ha llegado a su fin”, escribieron las Carmelitas Descalzas en sus redes sociales.
La congregación confió en poder “retomar el trabajo” en breve y tener suficiente cantidad de hostias como para “distribuir a todas las diócesis” del país. Las religiosas no explicaron cómo lo lograrían.
La religión católica -incluyendo sus versiones sincréticas- es la mayoritaria en Cuba, pese a que se restringió su práctica a partir del triunfo de la revolución en 1959. Las limitaciones se han ido suavizando a lo largo de las décadas.
Los problemas de abastecimiento de harina son habituales desde hace algunos meses en Cuba. Las panaderías -incluso las estatales- no tienen un suministro regular y algunos establecimientos particulares están días enteros sin poner pan a la venta. Esto genera grandes colas y una espiral de precios.
La escasez de productos básicos, de alimentos a combustible y medicinas, es uno de los aspectos más relevantes y problemáticos de la crisis multifacética que sufre Cuba desde hace dos años.
La situación es una combinación de las consecuencias de la pandemia, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y los errores en la política económica y monetaria nacional.