Desde el pasado septiembre, todos los viajeros que llegaban al territorio semiautónomo tenían prohibido el acceso a lugares públicos como restaurantes, gimnasios o salones de belleza durante sus tres primeras jornadas de estancia.
Además, los residentes de la ciudad ya no tendrán que escanear un código QR a la entrada de los lugares públicos para dejar constancia de su visita, aunque todavía será necesario mostrar una prueba de vacunación para acceder a algunos establecimientos.
El jefe del Ejecutivo de la ciudad, John Lee, indicó este martes en rueda de prensa que la decisión "se ha basado en datos" y añadió que la retirada de dichas medidas "no aumentará el riesgo de brotes locales".
Pese a la cancelación del período de aislamiento, los pasajeros que arriben a la excolonia británica todavía han de realizar una prueba PCR a su llegada al aeropuerto y a los tres días de estancia, además de someterse a pruebas de antígenos durante cinco jornadas.
Aquellos que den positivo deberán someterse a un aislamiento de al menos cinco días, de acuerdo con las normas vigentes en la urbe en la actualidad.
Asimismo, Lee declaró que su Gobierno "ha sido muy activo" negociando con las autoridades de China continental para una futura reapertura de la frontera entre Hong Kong y el resto del país, que permanece cerrada desde hace más de dos años.
"Nuestro objetivo es permitir los cruces fronterizos normales lo antes posible", aseguró el funcionario.
Las cuarentenas en hoteles dejaron de ser obligatorias el pasado septiembre en Hong Kong, que había seguido una política de tolerancia cero contra el coronavirus similar a la vigente en la China continental.
Las estrictas restricciones causaron que Singapur adelantase a Hong Kong como el principal centro financiero de Asia, para quedarse como el tercero en el mundo, según un informe de Global Financial Centres Index.
Hong Kong, con una población de 7,4 millones de habitantes, ha registrado un total de 10.959 fallecimientos por covid-19 desde el comienzo de la pandemia.