En el que fue el primer desfile de hombre de Saint Laurent desde la llegada del belga Anthony Vaccarello a su dirección creativa en 2016, la firma quiso centrarse en la silueta, apostando por la ostentación de los tejidos.
El desfile tuvo lugar bajo la cúpula de la Bolsa de Comercio, que alberga desde 2021 la colección de arte de François Pinault, en un edificio del siglo XVIII del centro de París restaurado por el japonés Tadao Ando.
Pinault, propietario del conglomerado de marcas de lujo Kering, al que pertenece Saint Laurent, dio así a una de sus firmas estrella el decorado idóneo para hablar de romanticismo, de versatilidad y de líneas depuradas.
El primer estilismo del desfile, una camisa blanca con lazada al cuello y pantalón de pinzas negro, marcó el tono del resto de la colección, en la que destacaron los maxiabrigos de lana con grandes hombreras y largos hasta el suelo; los jerséis de mohair y satén con capucha, y las blusas satinadas con escote hasta el ombligo.
Si la mujer Saint Laurent de Vaccarello viste proporciones cortísimas, con faldas y pantalones diminutos y abrigos exageradamente anchos, en su moda hombre la sensualidad cambia el foco, apostando por dejar el torso masculino a la vista.
Así, se vieron blusas de organza traslúcidas con lazada al cuello, pañuelos de satén que se convierten en capuchas, y vestidos de punto en cachemira, con cuello vuelto hasta la nariz -a combinar con gafas de sol para completar el 'look' de incógnito-.
Todo al negro
El negro fue protagonista de una colección en la que tan solo quedó espacio para el blanco y discretos toques de camel, azul marino y plateado.
Vaccarello ha convertido el diálogo entre la moda de hombre y mujer en un sello de la casa, y, al igual que las creaciones de mujer beben del armario de hombre, aquí también se toman prestadas prendas del sexo contrario.
"Una fluidez recíproca inevitable", señala la 'maison' en un comunicado, en el que apunta que el éxito está en saber jugar con las proporciones.
De Charlotte Gainsbourg a Al Pacino
Con una escasa fila de invitados en círculo bajo la cúpula de la galería de arte y una tenue luz invernal, la colección otoño-invierno 2023 de Saint Laurent desfiló al ritmo de un pianista, que desde el centro ponía la banda sonora de una colección tan romántica como misteriosa.
Tras el último 'look', una mujer vestida de traje y con pajarita se dirigió hasta el piano para arrebatar el puesto al músico y seguir con su propia melodía: hubo que esperar que una discreta luz la iluminara para identificar a la actriz francesa Charlotte Gainsbourg.
Gainsbourg es una estrecha colaboradora de la marca, como en los últimos tiempos lo han sido el actor Al Pacino, embajador de sus campañas publicitarias, o el director francoargentino Gaspar Noé, quien ha dirigido el vídeo de promoción de este desfile. Un elenco selecto pero con un ligero punto alternativo.
Desde 2016, Saint Laurent reservaba para París sus presentaciones de mujer, mientras que las de hombre se revelaban en desfiles en el extranjero, en ciudades como Nueva York o Los Ángeles, donde el anterior director creativo, el diseñador francés Hedi Slimane, había situado el centro de la marca.
El Saint Laurent de Vaccarello sigue recordando al de Slimane (hoy al frente de la firma Celine) en su silueta desgarbada y andrógina, que viste a los músicos y actores de una generación que ha perdido el miedo a jugar con la moda.
De ahí que la moda hombre cada vez ocupe más páginas en las revistas, más espacio en los debates de la industria y, sobre todo, más ceros en las cifras anuales de marcas como Saint Laurent.