Según un informe publicado este lunes por el Registro de Deudores oficial y la base de datos de información crediticia BIK, hay 2,68 millones de ciudadanos polacos que no han pagado la última mensualidad de alguna de sus hipotecas, créditos, préstamos suministros energéticos o pensiones alimenticias.
Estas cifras suponen un aumento del 9 % en el número de endeudados, y la mayoría de estos nuevos casos se refieren al incumplimiento del pago de indemnizaciones y pensiones resultado de una decisión judicial, el cumplimiento de obligaciones fiscales, pagos de multas y facturas de comunicaciones, por ese orden.
Entre las principales causas de esta situación, el estudio indica a la alta inflación (36 % de los casos) y los bajos ingresos (20 %) como origen de la morosidad, que proporcionalmente es más alta en la región de Mazuria (norte).
Casi un tercio de los polacos con problemas de deudas necesitaría una cantidad mayor a 2.250 euros para solucionar su situación, y el 19 % confiesa haber acumulado una deuda mayor a 100.000 euros.
El Gobierno polaco ha presentado una serie de programas sociales basados en subsidios para mitigar los efectos de la inflación, que en febrero alcanzó el 18,4 % interanual, la más alta desde 1996 según la Oficina Estadística oficial (GUS).
La alimentación (27 %), la energía doméstica (19,6 %) y el transporte (9,9 %) fueron los apartados que registraron una mayor alza en sus precios.
Además, el lunes se conoció que la producción industrial polaca en ese mismo mes cayó un 1,2 %, la primera caída desde mayo de 2020.