Derecha y socialdemócratas se disputan la victoria en elecciones finlandesas

Juanjo GalánHelsinki, 1 abr (EFE).- El partido conservador Kokoomus, el grupo ultraderechista Verdaderos Finlandeses y el Partido Socialdemócrata (SDP) se disputan la victoria en las elecciones parlamentarias que se celebran este domingo en Finlandia, a las que acuden casi igualados en intención de voto.

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El sondeo más reciente, publicado el jueves por la televisión nacional YLE, otorga a los conservadores un 19,8 % de los sufragios, tres décimas más que a los Verdaderos Finlandeses, por lo que las dos principales fuerzas de la oposición están virtualmente empatadas.

El SDP que lidera la primera ministra, Sanna Marin, se sitúa en tercera posición con el 18,7 % de los votos, pese a mejorar un punto los resultados que obtuvo el partido en los comicios de 2019.

El sondeo, cuyo margen de error es del 2 %, parece confirmar la lenta pero progresiva pérdida de apoyo de los conservadores, quienes hace apenas tres meses aventajaban en más de cinco puntos a su entonces principal rival, los socialdemócratas.

También evidencia una tendencia al alza de la ultraderecha, que en las últimas semanas ha logrado sobrepasar al SDP en la segunda posición arrebatando votos a los conservadores.

De confirmarse los pronósticos, el gran perdedor en estas elecciones será el Partido de Centro, principal socio del SDP en la coalición de Gobierno, que lograría el 10,7 % de los sufragios y cosecharía el peor resultado de su historia.

También retrocedería el partido de Los Verdes, tercer socio de Gobierno, que obtendría el 9 % de los votos -2,5 puntos menos-, aunque se mantendría como la quinta fuerza política del país.

POCA OTAN, MUCHA ECONOMÍA

A pesar de que la solicitud de ingreso de Finlandia en la OTAN ha sido ratificada esta semana por Hungría y Turquía -los dos únicos países aliados que faltaban por hacerlo-, la campaña electoral apenas ha tratado este tema y se ha centrado más bien en la economía.

Dado el gran consenso que existe en el país nórdico sobre la adhesión a la OTAN -sólo algunos diputados de la Alianza de Izquierdas votaron en contra-, los partidos han optado por pasar de puntillas sobre este asunto para centrarse en sus propuestas de políticas sociales y, sobre todo, económicas.

En los numerosos debates televisados que se han celebrado, todos los partidos han ofrecido sus propias recetas, en mayor o menor detalle, para impulsar el crecimiento económico, crear empleo y reducir la creciente deuda pública, que se sitúa actualmente en el 73 % del PIB, 8,1 puntos más que al principio de la legislatura.

Finlandia se encuentra técnicamente en recesión tras sufrir dos contracciones consecutivas de su PIB en los dos últimos trimestres de 2022 y la alta inflación -en torno al 8 %- ha mermado el poder adquisitivo de los ciudadanos.

Según muchos analistas, la actual situación económica del país nórdico es la principal causa del avance de la oposición de derechas.

TENSIONES EN EL GOBIERNO DE COALICIÓN

Además de la pandemia y el giro hacia la OTAN por la guerra de Ucrania, esta legislatura ha estado marcada por las tensiones internas en el Gobierno -formado por una coalición de cinco partidos de centro-izquierda-, debido a conflictos provocados sobre todo por el Partido de Centro.

Los roces entre los centristas y el resto de socios comenzaron al poco de iniciarse la legislatura, cuando este partido de origen agrario decidió retirar su confianza en el primer ministro, Antti Rinne, obligándole a dimitir tras apenas seis meses en el cargo.

Su sucesora, Sanna Marin, hasta entonces ministra de Transporte y Comunicaciones, trató por todos los medios de pasar página y cohesionar la coalición para evitar la caída del Ejecutivo, aunque no pudo eliminar del todo las tensiones con los centristas.

Ante la creciente pérdida de apoyo popular, el Partido de Centro torpedeó desde dentro del Gobierno varias iniciativas legislativas por intereses partidistas en cuestiones como la lucha contra el cambio climático y los derechos del pueblo indígena sami, lo que aumentó el malestar de sus socios de coalición.

Dada la cercanía de las elecciones, la líder centrista, Annika Saarikko, adelantó que su partido no está dispuesto a formar parte de la misma coalición en caso de que los socialdemócratas ganen de nuevo los comicios.

A pesar de ello, los sondeos de opinión auguran una debacle para el Partido de Centro, tradicionalmente uno de los más poderosos, que registraría el peor resultado de su historia con apenas el 11 % de los votos.

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