En la semana que terminó el 14 de abril, estas existencias perdieron 4,6 millones de barriles (mb), cuando los analistas esperaban apenas una pequeña baja de 250.000 barriles, según el consenso reunido por la agencia Bloomberg.
Al mismo tiempo, las reservas estratégicas de Estados Unidos también cayeron, 1,6 mb, y se ubican en su nivel más bajo en casi 40 años, desde noviembre de 1983.
Esta caída sorpresiva de reservas se explica, en parte, por un repunte de las exportaciones de crudo, de 67% en una semana, en tanto las importaciones se mantuvieron estables (+1,6%).
Las exportaciones se sitúan cerca de su récord histórico, registrado en octubre pasado.
Además, un mayor uso de las capacidades instaladas en las refinerías, de 91% frente a 89,3% la semana anterior, explica también la caída de stocks.
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La producción de crudo estadounidense se mantuvo estable, en 12,3 mb diarios (mbd).
La demanda subió ligeramente, 1,3% en una semana, pero la entrega de gasolina cayó 4,6%, lo cual provocó un incremento de los stocks de este carburante, contrariamente a lo esperado por los analistas que estimaban una caída de 1,25 mb.
Es una señal que preocupa a los operadores, que esperan indicios de una consolidación de la demanda.
Los precios reaccionaron sin brusquedad a este informe. El barril de WTI, referencia en Estados Unidos, orientado a la baja desde la apertura, cedía 1,34% a 78,77 dólares en el contrato a mayo.