“Los ataques y amenazas contra las instalaciones diplomáticas son inaceptables. Estamos en contacto con los oficiales de la embajada cubana, de acuerdo con nuestras obligaciones bajo la convención de Viena”, sostuvo en una rueda de prensa el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
El ataque, tal y como informó la Cancillería cubana, se produjo el domingo por la tarde, cuando un individuo lanzó dos cócteles molotov contra la legación diplomática.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, y el canciller, Bruno Rodríguez, habían regresado horas antes a La Habana tras haber pasado una semana en Nueva York con motivo de la apertura de la Asamblea General de Naciones Unidas.
El domingo por la noche, el ministro de Relaciones Exteriores calificó de “terrorista” la agresión y acusó de la misma a “grupos anticubanos”. Rodríguez señaló que estos “acuden al terrorismo al sentir impunidad” y denunció que el Gobierno cubano “ha alertado” a las “autoridades estadounidense reiteradamente” sobre esta situación.
El portavoz del Departamento estadounidense rechazó pronunciarse sobre dicha calificación.
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