"Este clima de miedo, intimidación y represión contra opositores y periodistas", "la subordinación de la Justicia y la instancia electoral a los intereses del poder de turno, con la ausencia de igualdad de oportunidades entre los diferentes candidatos, no permite ninguna garantía para elecciones libres, transparentes y justas el 6 de octubre", advirtieron las formaciones en rueda de prensa.
Organizaciones como la Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas (ATFD), la Liga Tunecina de los Derechos Humanos (LTDH), el Partido Republicano y el Partido Democrático por el trabajo y las libertades (Ettakatol), entre otros, demandaron "respetar los estándares democráticos mínimos" que puedan reflejar "verdaderamente la libre voluntad de todos los votantes" en los comicios.
Varios de los candidatos presidenciales están en prisión o detenidos "arbitrariamente, mientras que otros son amenazados con acusaciones falsas, arrestos y procesos judiciales", denunciaron.
La encarcelación de periodistas por cargos relacionados con la libertad de expresión, "sin juicio desde hace más de un año y medio", está impidiendo "cualquier opinión de disidentes o crítica al Gobierno o al sistema electoral", declararon.
Además, consideran que la Instancia Superior Independiente Electoral (ISIE) se ha convertido "en una herramienta de represión, intimidante y amenazante con acciones legales contra cualquiera que critique su actuación o su parcialidad".
El presidente de Túnez, Kais Said, que ganó los comicios de 2019, afronta su reelección este año después de un polémico mandato durante el que se arrogó plenos poderes en julio de 2021, calificado de golpe de Estado por la oposición.
Desde entonces ha instaurado un sistema ultrapresidencialista con una nueva Constitución y decenas de destacados opositores están encarcelados, varios de ellos potenciales aspirantes presidenciales como la líder del Partido Desturiano Libre (PDL), que reúne a los nostálgicos del antiguo régimen, Abir Moussi, y constitucionalista Jaouhar Ben Mbarek.