“La Asamblea Nacional de Tribus, Clanes y Familias Palestinas acogió con beneplácito la campaña de seguridad dirigida por el Ministerio del Interior en Gaza contra ladrones y bandidos”, expresó este grupo en un comunicado difundido por el gobierno del movimiento islamista palestino Hamás, que controla la Franja.
Asimismo, advirtieron a los integrantes de dichas bandas de que, de continuar con sus actividades delictivas, “tendrán que rendir cuentas de acuerdo con la legitimidad revolucionaria”.
“La reunión pide a la policía que persiga más a estos bandidos, secuaces del ocupante, para proporcionar alimentos, seguridad y protección a nuestro pueblo y eliminar este fenómeno y a esta gente corrupta”, añadió.
Los Comités de Resistencia Palestina -que aglutina a las facciones de Hamás, Yihad Islámica y Fatah, entre otras- también agradecieron la operación y expresaron su disposición a colaborar con el gobierno y el Ministerio del Interior para confrontar a estos grupos.
El saqueo de vehículos que transportan ayuda humanitaria es un problema creciente en Gaza. El sábado, un convoy de 109 camiones del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) fue asaltado violentamente.
Según la ONU, este ha sido el incidente más grave de este tipo en más de 13 meses de conflicto. Solo 11 camiones llegaron a su destino; los 98 restantes siguen desaparecidos, tras ser secuestrados a punta de pistola.
Una fuente del ministerio de Interior gazatí dijo al canal de televisión Al Aqsa, que las autoridades locales comenzaron un operación para capturar a los implicados en el robo de camiones con ayuda.
Los saqueos en la Franja no son nuevos. Ya en julio, fuentes locales contaron a EFE que dos familias, Al Omur y Madi, de la zona de Rafah, donde se producen la mayoría de los robos, atacaban camiones para robar suministros o recoger cigarrillos de contrabando, que se venden a precios muy elevados.
Pero la situación ha empeorado en los últimos meses, y los saqueos se han extendido al norte de Gaza, donde se observan incidentes similares a los del sur, donde hay una zona de unos dos kilómetros cuadrados que las agencias humanitarias llaman "tierra de nadie" porque desaparece la ayuda.
La ONU denunció también la semana pasada que 14 de los 20 camiones que sus agencias introdujeron por el recién abierto cruce de Kisufim, también en el sur, "fueron tiroteados y saqueados" por esos grupos locales armados.
Los ataques a estos camiones con ayuda humanitaria aumentaron en un momento crítico para la población gazatí, que sobrevive entre los ataques de Israel, que han destruido casi el 90 % de la infraestructura civil, y han dejado más de 43.972 muertos, 104.008. heridos y al menos 11.000 desaparecidos.