“Quiero decir a quienes no me quieren en Brasilia: unas elecciones sin Bolsonaro son una negación de la democracia en Brasil”, dijo el exmandatario Jair Bolsonaro, en una manifestación en la famosa playa de Copacabana, en Rio de Janeiro.
El ultraderechista (2019-2022) llegó alrededor de las 10H15 locales (13H15 GMT) abriéndose paso entre manifestantes vestidos de amarillo y verde, los colores del país.
Ante los seguidores que lo acogieron al grito de “¡Mito!” (su apodo), y con un discurso menos virulento del que acostumbra, Bolsonaro dejó a sus lugartenientes el rol de dirigir ataques contra sus críticos.
El senador Flavio Bolsonaro, su hijo mayor, tachó de “ladrón” al actual mandatario izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva; mientras que el pastor evangélico Silas Malafaia calificó de “criminal” al magistrado Alexandre de Moraes, juez a cargo del caso que puede desembocar en un proceso penal contra el expresidente.
Según estimaciones de investigadores de la Universidad de Sao Paulo basadas en análisis computarizado de imágenes aéreas, se congregaron alrededor de 18.000 personas el domingo en Copacabana, lejos del “millón” que esperaba el exgobernante.
Lea más: La reacción de Bolsonaro al video de Mario Abdo contra el “sometimiento” de la Fiscalía
En abril de 2024, otra manifestación en el mismo sitio reunió a 32.000 personas, según el mismo método de cálculo. Una nueva concentración está prevista, el 6 de abril, en São Paulo.
“Estoy aquí porque quiero dejar un Brasil mejor para mis hijos. Vivimos un momento oscuro”, declaró a la AFP uno de los manifestantes, José de Souza Vitorino, exmilitar de 64 años.
El lema de la manifestación era reclamar una “amnistía” para las personas condenadas por su implicación en los disturbios del 8 de enero de 2023 en Brasilia.
Ese día, miles de bolsonaristas asaltaron y vandalizaron el palacio presidencial, el Congreso y la sede de la corte suprema, una semana después de la investidura de Lula.