"Sincera y honestamente, creo que es el mejor arreglo legal de la cuestión en el mundo actual", dijo Barroso a periodistas tras participar en XIII Fórum de Lisboa, que hasta el viernes reúne a autoridades, empresarios y expertos portugueses y brasileños.
Según el magistrado, hay dos modelos a la hora de regular el contenido en redes sociales: "el modelo americano, que es la inmunidad absoluta y la plataforma no tiene responsabilidad por el contenido de terceros bajo ninguna circunstancia, y el modelo europeo, en el que hay una obligación de retirar el contenido simplemente después de una notificación privada".
"El modelo brasileño combinó la notificación privada de la legislación europea con el modelo que teníamos, que es la retirada por orden judicial", detalló, aunque se trata de una legislación "más liberal y más protectora de la libertad de expresión" que en el caso europeo, en opinión del presidente del Supremo.
"El modelo europeo impone la retirada de contenidos y la rendición de cuentas por simple notificación privada. Y nuestro sistema prevé la retirada por notificación privada si se trata de un delito tipificado en el Código Penal", detalló.
El pasado mes de junio, una mayoría de ocho de once magistrados consideró que las empresas pueden ser responsabilizadas, si no retiran publicaciones ilegales a petición de personas que se sientan ofendidas por las mismas, incluso si no hay orden judicial que las obligue a hacerlo.
Bastará, por tanto, una notificación "extrajudicial" para contenidos que, por ejemplo, sean de pornografía infantil o desplieguen referencias a terrorismo y a ideas antidemocráticas.
"Alguien no puede, por ejemplo, llamar en las redes sociales a que la gente aparezca armada con rifles, palos y piedras para linchar a alguien; o que el macho alfa del barrio llame a una violación en grupo contra la chica que no le hizo caso; o que un estudiante enfadado llame a sus compañeros a tirotear una escuela y matar a jóvenes", ejemplificó Barroso este miércoles.
El magistrado aplaudió la medida como "una solución que no interfiere con la libertad de expresión, ni con el modelo de negocio de las plataformas digitales, pero al mismo tiempo contiene el crimen y el extremismo político".
El Supremo de Brasil protagonizó un pulso el año pasado con el magnate Elon Musk, quien se negaba a retirar contenido publicado en su red social X, aunque este acabó por acatar las resoluciones judiciales cuando las cuentas bancarias de sus empresas en Brasil resultaron bloqueadas.