Las sentencias pusieron fin a un caso que capturó la atención nacional, regional e internacional, y que fue descrito como 'uno de los más atroces' de la historia de Granada.
Ron Mitchell, de 30 años, fue condenado a dos cadenas perpetuas por homicidio en relación con las muertes de los estadounidenses Ralph Henry, de 67 años, y Kathleen Brandel, de 71, según publicaron este viernes medios locales.
Mitchell, descrito por la Fiscalía como el cabecilla del grupo, deberá cumplir al menos cincuenta años de prisión antes de poder optar a la libertad condicional.
El condenado también fue sentenciado a nueve años y un mes por allanamiento de morada, a cinco años y cuatro meses por cada uno de los dos cargos de secuestro y a 18 años y cuatro meses por robo con violencia.
Sus coacusados, Atiba Stanisclaus, de 27 años, y Trevon Robertson, de 21, fueron condenados por homicidio involuntario -por su participación en los mismos hechos- a 30 y 28 años de cárcel, respectivamente.
Además, estos dos últimos delincuentes mencionados recibieron largas sentencias por los cargos de allanamiento de morada y secuestro. Stanisclaus fue sentenciado así mismo a 17 años y cuatro meses de prisión por la violación de Brandel.
Según las pruebas presentadas por la Fiscalía, los hombres se escaparon de la comisaría en la que estaban detenidos en Granada y robaron el catamarán de la pareja estadounidense.
Posteriormente, los evadidos ataron y amordazaron a la pareja y la arrojaron al mar mientras huían de las aguas granadinas rumbo a San Vicente, donde fue hallado el yate y los hombres fueron detenidos.
Los cuerpos de los ciudadanos estadounidenses nunca fueron recuperados.
Antes de cometer este crimen, el trío estaba detenido por una serie de delitos, como violación, intento de violación y robo con violencia.
Al emitir su fallo, Gilford rechazó los argumentos de la defensa que esgrimió la pobreza y el origen social de los victimarios como factores atenuantes.
La magistrada citó la gravedad de los delitos, que incluyó su premeditación, y los repetidos antecedentes penales de los acusados como circunstancias agravantes.