El portavoz del Gobierno, Siriphong Angksakulkiat, actualizó el balance de daños en una comparecencia que fue transmitida por redes sociales, en la que explicó que solo en la provincia de Songkhla -declarada en estado de emergencia- se han registrado 110 fallecidos.
El resto de víctimas mortales se hallaban en las regiones de Nakhon Si Thammarat (9), Phatthalung (4), Trang (2), Pattani (6), Yala (5), Narathiwat (4) y Satun (5), que alberga la turística isla de Ko Lipe.
Según datos oficiales, cerca de 3,5 millones de personas se han visto afectadas por las fuertes lluvias, que han desencadenado inundaciones, corrimientos de tierra, colapso de puentes, desprendimientos de árboles y por las que más de un millón de hogares han sufrido daños de variada gravedad.
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La misión de búsqueda y rescate se centra principalmente en la ciudad de Hat Yai, el centro económico del sur de Tailandia, donde los equipos de emergencia siguen recuperando cadáveres una vez las aguas han comenzado a ceder.
Coches apilados tras ser arrastrados por la corriente, personas esperando ayuda en los tejados o caminando con el agua hasta el cuello, escombros y un manto de lodo sobre las calles, son algunas de las imágenes que ha dejado el desastre en Hat Yai.
Las autoridades alertan de que el número de víctimas podría aumentar a medida que se logra inspeccionar más zonas de la urbe.
Las inundaciones, vinculadas al fuerte temporal de lluvias que golpeó también el norte de Malasia, cubrieron prácticamente la ciudad, por lo que los equipos de emergencia tuvieron que rescatar a los residentes en balsas y repartir alimentos desde drones y helicópteros.
El Gobierno de Tailandia, que asumió el cargo el pasado septiembre, también es objeto de críticas por su supuesta falta de previsión y lenta respuesta ante el desastre.