Los avances fueron citados en el informe presentado este viernes por Brasil durante la reunión que los ministros de Relaciones Exteriores del bloque tuvieron en la ciudad brasileña de Foz de Iguazú, previa a la cumbre que los presidentes de los países del Mercosur celebrarán el sábado.
La inclusión de los automóviles, el azúcar y el etanol entre los productos que circulan libres de aranceles al interior del Mercosur es una antigua reivindicación brasileña (potencia regional en estos sectores), pero las negociaciones nunca avanzaron debido a la resistencia de Argentina, Paraguay y Uruguay, los socios de Brasil en la unión aduanera.
Brasil cuenta hasta ahora con acuerdos bilaterales con cada uno de sus socios para regular el comercio de automóviles, que limitan el intercambio mediante cuotas y aranceles.
Pero, según el informe presentado por la secretaria para América Latina de la Cancillería brasileña, Gisela Padovan, los miembros de la unión aduanera finalmente comenzaron a negociar y a avanzar en la inclusión de ambos sectores.
De acuerdo con el comunicado divulgado tras la 67.ª Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común (CMC), durante la presidencia temporal brasileña se celebraron dos reuniones del Comité Automotriz, en las que se revisó la totalidad del texto que se negocia para establecer un régimen común para el sector.
En el ámbito azucarero, el Mercosur logró concluir los términos de referencia para la contratación de un estudio sobre los sectores del azúcar y del etanol en la región, que servirá como base técnica para futuras negociaciones orientadas a la incorporación de estos productos al libre comercio intrazona.
El balance presentado por Brasil también destacó avances en otros frentes considerados prioritarios para el bloque. Entre ellos, figura la negociación para renovar el Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (Focem), principal instrumento financiero del bloque para reducir asimetrías.
Desde el inicio de sus contribuciones, en 2006, el Focem ha financiado cerca de 60 proyectos, con una movilización aproximada de 1.000 millones de dólares en recursos no reembolsables destinados, principalmente, a infraestructura, cohesión social y fortalecimiento institucional en los países de menor desarrollo relativo.
Otro de los ejes señalados fue el avance en la agenda digital del Mercosur. La presidencia brasileña subrayó las negociaciones de una declaración especial sobre la protección de la niñez y la adolescencia en entornos digitales, que será firmada durante la cumbre presidencial.
Asimismo, Brasil presentó la propuesta del programa Mercosur Verde, una iniciativa orientada a articular y dar visibilidad a las políticas de sostenibilidad de los países del bloque. El objetivo es consolidar un marco regional de cooperación en agricultura de baja emisión de carbono, difundir buenas prácticas y reforzar la credibilidad del Mercosur en materia ambiental.
Según el comunicado, el programa también busca proteger el comercio regional frente a barreras ambientales consideradas injustificadas y abrir nuevas oportunidades para la exportación y la atracción de inversiones sostenibles.
Los avances serán evaluados el sábado por los jefes de Estado del Mercosur, en una cumbre marcada por el intento de Brasil de dejar encaminados temas considerados estratégicos para profundizar la integración económica y modernizar el bloque sudamericano.