La central nuclear de Zaporiyia, un obstáculo clave entre Ucrania, Rusia y EE.UU.

Leópolis (Ucrania), 30 dic (EFE).- El futuro de la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa y ocupada por Rusia, constituye uno de los principales obstáculos en las negociaciones de paz en la guerra ruso-ucraniana, al tiempo que Ucrania advierte de los riesgos de la intención de Moscú de reiniciar al menos uno de sus reactores tras una larga pausa.

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Según el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, EE.UU. propone que la electricidad de la central se distribuya a partes iguales entre Ucrania, Estados Unidos y Rusia, mientras que Kiev estaría dispuesto a aceptar el 50 % y dejar que Washington decida la distribución del resto.

El presidente ruso, Vladímir Putin, sugirió, en cambio, en una reciente reunión con empresarios, que EE.UU se muestra interesado en 'minar' criptomonedas en el territorio de la central nuclear de Zaporiyia.

El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo durante la reunión con Zelenski el domingo en Florida que la planta está lista para "ponerse en marcha casi de inmediato", lo que indica que Rusia estaría dispuesta a compartir con Ucrania la electricidad producida allí.

Estas declaraciones de los presidentes ruso y estadounidense han sido recibidas con escepticismo en Ucrania.

"Rusia utiliza la central ocupada para ganarse el apoyo de Trump y su séquito, dada su implicación en el negocio de las criptomonedas", dijo a EFE Volodímir Omelchenko, experto en energía del Centro Razumkov de Ucrania.

Omelchenko señaló que la central no podría suministrar electricidad a la vez a Ucrania y a Rusia, ya que operan en sistemas energéticos técnicamente incompatibles.

Ucrania sincronizó definitivamente su red eléctrica con la europea ENTSO-E en 2022, tras años de preparación.

Actualmente, la central no produce electricidad, ya que todos sus reactores se encuentran en "parada fría" para minimizar los riesgos radiactivos y dependen del suministro eléctrico externo.

Si Rusia intentara reanudar la generación de electricidad, se encontraría con una serie de importantes obstáculos técnicos, subrayó Omelchenko.

"Rusia lo sabe y está fingiendo. Quiere legalizar su control de la central y hacer que Trump se muestre más complaciente en las negociaciones", explicó.

La central nuclear más grande de Europa, con una capacidad de generación neta de 5,7 gigavatios, fue ocupada por Rusia en los primeros días de su invasión iniciada en febrero de 2022.

Desde entonces, las tropas y el equipo militar rusos han estado estacionados allí, mientras que la zona circundante ha sufrido ataques regulares con drones.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha emitido tres resoluciones condenando la ocupación y pidiendo a Rusia que devuelva la central a Ucrania, recordó Omelchenko, pero Rusia las ha ignorado.

La semana pasada, el organismo de control nuclear ruso emitió una licencia para operar el primer reactor durante un período de 10 años.

El director general de Rosatom, Alexéi Lijachev, declaró que el reactor está totalmente listo para funcionar y que Rusia está avanzando hacia su posible puesta en marcha.

Esta decisión es legalmente nula y peligrosa, según el Ministerio de Energía de Ucrania.

"Cualquier intento de reanudar el funcionamiento de los reactores es deliberadamente irresponsable y crea una amenaza real de accidente nuclear con consecuencias transfronterizas", de acuerdo con dicho ministerio, que ha pedido a la comunidad internacional que presione más a Rusia.

El ministerio de Kiev subrayó los riesgos que entrañan los cortes sistemáticos del suministro eléctrico externo debido a los combates en curso, la degradación de los sistemas de seguridad y la falta de personal ucraniano cualificado.

Además, se necesitarían años, posiblemente más de una década, para crear un suministro estable de agua necesario para refrigerar los reactores en funcionamiento, según Omelchenko a EFE, ya que la principal fuente de agua, el embalse de Kajovka, fue destruida en el verano de 2023.

Aunque Rusia avance hacia la reactivación de los reactores sin haber llegado a un acuerdo con Ucrania y Estados Unidos, Kiev y otros actores tienen medios para impedirlo, señalan los expertos.

Un intento anterior de conectar la central a la red eléctrica rusa fue frustrado en octubre por los supuestos daños causados a la infraestructura construida por Rusia en las zonas ocupadas.

En cualquier caso, la central nuclear sigue siendo también una herramienta de "chantaje nuclear", táctica utilizada por Rusia cada vez que Ucrania obtiene una victoria importante en su defensa, señaló Omelchenko.

"Lo que está claro es que Rusia no va a devolver la central y simplemente quiere engañar tanto a Ucrania como a Estados Unidos, como siempre", concluyó.

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