Pero como están al margen de la ley, ahí nomás la policía y justicia pueden actuar ante cualquier denuncia y llevar detenidos a los que patoteramente apretan y exigen dinero a un ciudadano que quiere estacionar, que obstruyen y cercenan sus derechos. Se los debe fichar, encerrar y advertir que no deben continuar haciendo esto, que es un delito, y en caso de reincidencia encerrarlos en alguna cárcel, bien lejos, por un tiempo prolongado y que allí se dediquen a cuidar su trasero.
Porque así como hoy vieron el formidable negocio que es “cuidar” autos; mañana pueden tranquilamente ofrecerte “cuidar” tu casa o tu negocio; así, dicen, empezó la mafia italiana: “cuidándote y protegiéndote”.
Rafael Luis Franco