Asaltantes logran concretar golpe, mejor de lo planeado

Momento en que le malviviente, sin siquiera amenazar a los presentes, procede a alzarse con el dinero, que estaba en una mochila (donde indica el círculo rojo).Foto Gentileza

Miembros de una banda planificaron realizar un asalto a un empresario que retiró dinero de un banco, pero su esquema inicial falló. Lejos de desalentarse, improvisaron, y uno de los delincuentes ingresó tranquilamente hasta la propia oficina de la víctima. Ante la mirada perpleja de varios empleados, el malviviente se alzó con una millonaria cifra sin siquiera levantar la voz ni apuntar con su arma. El hecho ocurrió en Capiatá.

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Ángel Ramón Álvarez López, propietario de la casa de venta de electrodomésticos AM, ubicada sobre la Ruta 2, Km 17 de la ciudad de Capiatá, fue luego de este mediodía junto con familiares y un empleado a retirar la suma de G. 500 millones de la sede del Banco Nacional de Fomento (BNF) en el centro capitalino, dinero que estaba destinado a pago a proveedores.

Aparentemente, desde ese momento ya era seguido por malvivientes, ya que durante una parada antes de llegar a su comercio le habrían colocado un clavo miguelito en la rueda. Se sospecha que el plan original era obligar a la camioneta en la que se desplazaban a realizar otra parada obligada para cambiar la rueda desinflada, momento en que los malvivientes aprovecharían -a punta de arma de fuego- para alzarse con el dinero.

La rueda terminó aguantando hasta el destino final, lo que habría obligado a los malvivientes a improvisar. Videos de circuito cerrado tanto de dentro del comercio como de los alrededores grabaron el momento en que uno de los malvivientes se lleva el botín, a plena vista de todos y sin siquiera tener la necesidad de apuntar con su arma.

En la secuencia de imágenes se observa cómo el ladrón se acerca caminando hasta el comercio, mientras su cómplice va ubicándose en su motocicleta en un sitio que facilite la huida. El hombre, que iba vestido con una camisa celeste y un quepis negro, ingresa tranquilamente hasta el despacho mismo de Álvarez López, pasando una oficina previa donde hay una cantidad de funcionarios.

El asaltante ingresando al comercio, en el fondo se aprecia parcialmente a su cómplice.

Pese a ingresar con un revólver en mano, el sujeto avanza sin causar mayor revuelo, tal vez ayudado por la tranquilidad y rapidez con que actuó y la incredulidad de los funcionarios. El malviviente tuvo tanta suerte que la mochila con el dinero estaba en una silla cerca de la puerta de la oficina de la víctima, por lo que tuvo que simplemente agarrarla e irse.

Al propio Álvarez López se lo ve primeramente desconcertado por lo ocurrido, pero luego parece percatarse que se trataba de un robo y trata de perseguir al delincuente, quien raudamente abandonó el lugar junto a su cómplice en una motocicleta.

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