A puertas cerradas y con “comunión espiritual” se realizó esta mañana en Caacupé una misa, en el Altar Mayor de la Basílica. Fue el obispo Ricardo Valenzuela quien presidió la celebración, que se desarrolló conforme a las disposiciones de distanciamiento social, sin la participación de feligreses en el recinto religioso.
Durante su homilía, Valenzuela habló sobre los cambios que se generarán a raíz de la pandemia, informó Desirée Cabrera, corresponsal en la zona.
“Esta pandemia del 2020 nos recuerda que no hay fronteras entre los que sufren. Todos somos frágiles, todos somos iguales y todos somos valiosos. Que lo que está pasando nos sacuda por dentro”, señaló.
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También hizo un llamado a reparar todas las desigualdades y la injusticia “que envenena de raíz la salud de toda la humanidad”. Resaltó que en los momentos difíciles, los cristianos siempre se vuelven a Dios buscando alivio para el sufrimiento. También pidió que se considere el lado positivo de la pandemia, que permitió que las familias se unan durante el tiempo de confinamiento, que deja valiosas lecciones.
Este domingo se cumplen 47 días de cuarentena preventiva obligatoria dispuesta por las autoridades nacionales. Para evitar la propagación masiva del covid -19, una de las primeras medidas sanitarias impuestas fue la prohibición de eventos con aglomeración, entre ellas las misas. Desde el Arzobispado reforzaron dicha disposición y por decreto se dispuso que todas las celebraciones religiosas se realicen a puertas cerradas y que sean transmitidas por Facebook.
El acatamiento a las restricciones fue total, ya que incluso las celebraciones de la Semana Santa se hicieron sin participación de los fieles.
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