La delegación de paraguayos que vino de Argentina está compuesta por compatriotas que fueron al país vecino antes de la cuarentena, algunos en febrero, otros a inicios de marzo y, en la mayoría de los casos, por cuestiones de salud, ya que recurren a los servicios médicos argentinos. Así lo explicó Marlene Prieto, vocera del grupo, en conversación con este diario.
Llegaron el lunes de madrugada al Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi, junto con un grupo de otros paraguayos que vinieron de Europa. A este otro grupo que vino del otro continente, “con apellidos de gente pudiente”, no le trasladaron a Capiatá, sino que se les dio otro trato, de acuerdo con el relato.
Los que quedaron en aislamiento en el Colegio Policial Sargento Merlo son 10 varones y 28 mujeres, la mayoría de los cuales vive en el interior del país y varios de ellos están en situación de riesgo, alertó Prieto. Por ejemplo, citó a una persona con discapacidad, que es un niño en silla de ruedas, así como una niña con síndrome de Down que está recién operada por un problema en los riñones. Así también, debería ser llevada a su casa u otro sitio más apto una señora de 80 años, que tiene los problemas propios de la edad y está en franja vulnerable; hay otra señora enferma que apenas camina y está con su hija, continuó contando la vocera del grupo, sin olvidar que ella está una embarazada de 7 meses y tiene una hija pequeña de siete años, quien también padece una dolencia.
En el grupo había una bebé que ya fue llevada y ahora está bajo sospecha de COVID-19.
Prieto describió el lugar donde se encuentran: es un edificio que está en construcción y cuando llegaron no se les dio la asistencia debida. “Nadie nos ayudó. Nos discriminaron por miedo”, relató.
Según los datos, un comisario de la zona les dio colchones y frazadas, que era todo lo que tenían. Los baños estaban sucios, no tenían insumos para limpiarlos, ya que no se les proveyó de lavandina, detergente, etc.
Como la mayoría vive en el interior, tampoco pueden recibir ayuda de sus familiares, no tienen tapabocas ni alcohol en gel. “Básicamente, estamos aislados y sin la asistencia adecuada”, acotó Prieto.
Añadió que la gente del Ministerio de Salud llegó en días posteriores, atendieron algunos de los pedidos, pero siguen sin dar respuesta sobre los casos vulnerables que, consideran, deben seguir el aislamiento en otro sitio.
Les explicaron que recién tras 15 días de aislamiento les harán la prueba del COVID-19, pese a que del grupo salió una bebé con sospecha de tener el virus. “La gente del Ministerio de Salud se lava las manos. Los comisarios le pasan la pelota al ministerio. Concretamente, nadie nos responde”, finalizó.
ABC consultó sobre el caso a la Comisión Nacional de Defensa (Conade), institución que se está encargando de las delegaciones paraguayas que llegan del exterior. El embajador Federico González, responsable de Conade, respondió que estuvo verificando con los autoridades del Ministerio de Salud sobre esta situación, “pues son los médicos los que se encargan de las decisiones en estos casos”.
“En ese sentido, el equipo medico del Ministerio de Salud se encuentra evaluando la situación y tomará las medidas adecuadas para reubicarlos en otros albergues o en sus domicilios, según corresponda”, añadió.