La mencionada denuncia fue presentada en la oficina del Departamento de Investigaciones de Delitos de la Policía Departamental por los concejales departamentales Emilio Tilleria (Frente Guasu) —cuya camioneta en agosto pasado fue acribillada por dos sicarios, supuestamente a cargo del concejal departamental Adaro Monzón (detenido en la cárcel de San Pedro—, Antonia López de Vázquez (ARN) (presidenta de la Junta Departamental de Caazapá) y Carlos Daniel Vázquez Duarte (ANR), concejal municipal de Abaí y marido de Antonia López.
Según los datos policiales, los mencionados políticos realizaron la denuncia en contra de personas innominadas. Los concejales indicaron que tienen datos de que el atentado se llevaría a cabo mañana, 4 de mayo, porque los mismos cuestionan la administración municipal y porque tratan de impulsar la intervención de la comuna. La sesión donde se estudiará la rendición de cuentas del año pasado de la administración comunal de Abaí se realizará mañana a las 11:00.
El informe policial señala: “Relatan (los concejales) que la información manejada es de fuentes fiables que estarían siendo contratadas personas extrañas al distrito (Abaí) para cometer un supuesto hecho criminal (sicariato), por lo que temen por su integridad y seguridad, a tal efecto concurren a esta Unidad Policial a fin de poner a conocimiento de las autoridades competentes para ser tomadas las medidas preventivas necesarias”.
El intendente Cristhian Acosta aseguró no entender qué están buscando los concejales con la denuncia. “¿Será que quieren llamar la atención, buscan seguridad gratis o quieren volver a época pasada de Abaí, cuando los ‘atentados e intimidaciones’ eran parte de la política criolla abaiense?”, se preguntó.
Acosta indicó además que su administración es transparente y que en ese sentido no teme someterse a la Justicia. Sin embargo, pide aclarar la denuncia del supuesto plan de atentado y quién sería el responsable.
Tanto Emilio Tillería como Antonia López ya recibieron amenazas después de los sucesos de agosto pasado, cuando dos sicarios irrumpieron en la Junta Departamental de Caazapá para mantener de rehenes a los ediles y después rociaron dos camionetas con metralletas. Una de los rodados era de Emilio Tillería.