Al observar que los bomberos locales no iban a poder sofocar el incendio, los vecinos pidieron ayuda a bomberos voluntarios de Carapeguá y Quiindy, que están trabajando con sus pares de San Roque González.
El administrador de la cocotera, Miguel Rolón, manifestó que el sitio tenía a la intemperie más de un millón de kilos de pericarpios de coco, pero que aún no se puede evaluar el daño.
Expresó su deseo de que se salven los galpones de la planta, donde se guardan más productos.
Los vecinos temen que las llamas lleguen a sus casas y están ayudando a los bomberos con mangueras y baldes.