“La fiscala general del Estado debe irse por inepta y subordinada a un poder fáctico y no al poder emanado del pueblo”, afirmó Celeste Amarilla este miércoles al reintegrarse a la Cámara de Diputados luego de haber cumplido los dos meses de sanción a la que fue sometida por sus colegas quienes dijeron que se sintieron ofendidos por las expresiones de esta cuando manifestó que muchos compraron sus bancas con “dinero sucio”, proveniente del narcotráfico.
Amarilla se ratificó en todas las expresiones que meses atrás le valieron la suspensión. Acotó que ella no compró su banca, sino que invirtió unos US$ 180.000 para llegar al lugar en el que está, mediante el voto de los electores. “Yo sí gasté ciento ochenta mil dólares para llegar acá, sin esa plata no hubiera llegado yo y no hubiera llegado nadie”, aseveró.
Asimismo, subrayó que ese dinero lo “gastó” porque en su partido, el PLRA, no se compran bancas. “Gasté en campaña, y voy a gastar otra vez si así fuese necesario”, puntualizó.
Reiteró que en el Parlamento hay senadores y diputados que financiaron sus campañas con “dinero sucio”, de origen espurio, provenientes de coimas provenientes de licitaciones públicas. También hay quienes pagaron sus campañas con fondos conseguidos mediante la usura y aquellos que utilizaron dinero proveniente del narcotráfico.
En otro punto enfatizó que “Mario Abdo Benítez es rehén de Horacio Cartes quien gobierna de manera paralela desde su casa, y está copando todas las instituciones”.
El pasado 7 de octubre, por mayoría, la Cámara de Diputados decidió sancionar a Amarilla por haber expresado que varios de ellos compraron sus curules con dinero malhabido. La sanción dispuso la suspensión de la legisladora por sesenta días sin goce de dieta.
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