El 2020 fue un año trágico para muchos, para quienes siguen sobreviviendo ante esa sensación de ansiedad, pánico y angustia. Sin embargo, están quienes lo pasaron mejor, y no precisamente por tener mejores ingresos económicos. Diana Lesme y Osmar Sostoa nos dicen que hay que rescatar todo lo que hemos vivido, escuchado durante todo este tiempo. “No tenemos que negar las pérdidas. En esta época tradicionalmente es una en la que la gente se pone sensible, recuerda las pérdidas, pero también los logros”, dice Sostoa.
Al recordar a la psicoanalista y psiquiatra argentina nacida en Francia, Janine Puget, quien falleció en noviembre de este año a los 93 años, ella ya hablaba de “amigarse con los conflictos”, porque hay que resolver, repensar y vivir.
Nosotros y los otros
“Estamos hablando de la mayoría de la población, de aquellos que sin garantía alguna encuentran un poder espiritual para afrontar con sabiduría una situación excepcional como esta pandemia. Necesitamos hablar entre nosotros, los otros, quienes no la están pasando muy bien. Y ahí ya está la primera diferencia que al mismo tiempo puede volverse una fuerza vital: ‘nosotros’. Si podemos hablar, se genera un vínculo, este permite compartir pesares, miedos, deseos, convirtiendo el aislamiento de la cuarentena en un espacio virtual de afectos solidarios, de encuentros y reencuentros”, nos dice el psicoanalista Osmar Sostoa.
La pandemia visualizó los “afectos solidarios” y sobre esto menciona Sostoa, que “hubo muestras claras del poder del ‘nosotros’, las ollas populares creadas en los barrios humildes, hasta el punto en que el Estado tuvo que apoyar dicha iniciativa ciudadana, como una forma de sobrevivir en medio de la pandemia, al cerrarse las fuentes de trabajo de mucha gente”.
“En estas fiestas, el pan espiritual y solidario de la Navidad no debe faltar en nuestros corazones. Sobre todo, por el significado coincidente que tiene la Navidad, tanto para los antiguos paganos como para los cristianos; es decir, el nacimiento de una nueva época, el solsticio y el nacimiento de la esperanza. La voz solidaria y fraterna no se calla con tapabocas, la cuarentena no trunca el encuentro virtual y fluido de los sentimientos. Ratifiquemos eso en esta Navidad, de esperanza y solidaridad”.
Hemos ganado tiempo
“Este año ha sido un año de muchas pérdidas, incertidumbres, enojos y soledades; se han perdido rituales, se han perdido personas, se ha perdido trabajos, se ha perdido libertad, se ha perdido dinero, se han perdido encuentros sociales, pero nos sirve la ocasión para reflexionar sobre lo que hemos perdido, pero también situarnos sobre lo que hemos ganado y hemos ganado tal vez algunas cosas, hemos ganado tiempo que no teníamos antes, hemos ganado tiempo con la familia. Me decía una paciente: ‘me reconcilié con mi casa’, hemos aprendido a estar más tiempo con nosotros mismos, hemos aprendido que los padres también podemos ser grandes maestros, es decir, este año durante esta pandemia, hemos ganado también un montón de cosas”, señala por su parte Diana Lesme.
Amigarse con los conflictos
Lesme reflexiona también desde lo que le tocó vivir a ella y a su familia. “Hay mas de 2.000 familias en estos momentos que sufrieron la pérdida de un familiar por covid-19 y en lo particular a mí me ha tocado perder a un hermano, cuando recién empezaba toda esta pandemia allá por abril y realmente es muy doloroso, nos ha tocado como familia muchísimo transitar por este duelo. Hace más de un mes he perdido a un cuñado, en este mismo momento tengo a otro cuñado en terapia intensiva que no sabemos si va a salir de esta. Para nuestra familia en general han sido muchas pérdidas, así como ha sido para muchas familias”.
La psicoterapeura dice que es importante replantearnos constantemente, pensar qué podemos hacer, como familia, como comunidad, y es hacer nuevos acuerdos, porque la realidad es tan cambiante y tan incierta. “Tenemos que hablar y hablar mucho, expresar lo que uno siente, lo que uno piensa, lo que se quiere para un futuro inmediato. La humanidad tiene que ir transitando hacia nuevos acuerdos familiares y comunitarios. Es muy importante trabajar la solidaridad, la solidaridad con el prójimo, la solidaridad con el vecino, con el amigo, con ese otro que posiblemente va a pasar solo o no tienen con quien compartir estas fechas especiales, entonces seamos solidarios, empáticos, escuchemos bastante lo que tiene que decir el otro, aprovechemos todas las tecnologías informáticas y digitales que tenemos al alcance para hacer esos contactos y hacer esa expresión de solidaridad y empatía también con las personas que nos brindaron servicios durante todo el año a pesar de las circunstancias difíciles”.