Finalmente, tras el alboroto mediático que trajo consigo una aparatosa incautación de “cédulas de identidad” para mascotas, la fiscala Carmen Gubetich decidió no imponer medida alguna contra la empresa que las producía: la firma Aldemar. La única condición fue remover de los plásticos los colores de la bandera y los símbolos patrios, informó en comunicación con ABC Gabriel Aldemar, quien junto con su hermano Christian son los dueños del negocio.
“La fiscala Gubetich nos citó para el lunes pasado, nos presentamos. Declaramos lo mismo que en todos los medios: que vimos esto como una salida laboral, que este era un documento de fantasía, que no era intención afectar a las entidades gubernamentales. La fiscala, de buena forma, consideró la situación. Lo único que nos pidieron fue que cambiemos el diseño. No hubo multa ni nada”, refirió Aldemar este miércoles.
Durante la jornada de hoy se definirá si el diseño que presentaron se aprobará en Fiscalía, que ya devolvió ayer en horas de la tarde la impresora que permitía la fabricación de estos identificadores para perros, gatos y otras mascotas.
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El empresario manifestó que vieron en este caso una oportunidad porque, si bien tuvieron gastos de representación legal, así como tiempo invertido en visitas a la Fiscalía y la confección de un nuevo diseño, ahora pueden ofrecer nuevamente el producto con seguridad. “Creo que, si hacemos una evaluación en general, es un final feliz (…) Se conoció más el nombre de la empresa, hablamos de los otros productos que tenemos”, añadió.
Aldemar adelantó también que varias asociaciones están interesadas en comprar ahora los identificadores, así como también las veterinarias. Contó también que hay asociaciones que buscan que estas “cédulas” sean ahora legales y que para ello existen procesos con entidades oficiales a modo de dar entidad e identidad a las mascotas.
El dueño de la firma agradeció a la fiscala Gubetich por su predisposición y a su abogado, el Dr. Cheng Kuo, quien fue el encargado de llevar adelante las negociaciones con el Ministerio Público.
Pero más aún: Gabriel agradeció a los 130 clientes cuyas “cédulas” fueron incautadas por la paciencia tanto en la devolución del dinero —cada “cédula” está a G. 25.000— como por esperar un nuevo diseño para recibir los identificadores nuevos.
“Los clientes fueron comprensivos. A muchos clientes no les pudimos cumplir, pero la mayoría está pendiente del nuevo identificador”, precisó.
Aldemar explicó que la empresa que lleva su apellido se formó hace cinco años a través de su hermano Christian, con la fabricación de etiquetas adhesivas para envases. Este año, él se sumó porque perdió su anterior trabajo por la pandemia. Fabrican además etiquetas textiles y los carnets de identificación con PVC para empresas, similares a las “cédulas” incautadas.
El caso
El pasado 22 de diciembre, la Policía Nacional realizó un operativo en Villa Elisa donde ubicó un local comercial en el cual realizaban réplicas de cédulas de identidad pero para mascotas.
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La situación generó burlas y se la llegó a comparar con el caso Ronaldinho, quien consiguió un documento falso como parte de un esquema de falsificación supuestamente liderado por la prófuga Dalia López.
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