En otras palabras, las facturas que mensualmente remiten las binacionales Itaipú y Yacyretá en 2019 obligaron a la ANDE a desembolsarles G. 485.902 millones más que en 2018 y G. 493.866,1 millones más el año pasado que en 2019.
Según la experiencia acumulada con la empresa eléctrica estatal, la última data de marzo de 2017, la diferencia es trasladada a sus clientes, por consiguiente no sería arriesgado vaticinar que un nuevo tarifazo es inminente, salvo que el Poder Ejecutivo de turno decida subsidiar esa diferencia.
No debe olvidarse, empero, que esa hipótesis tropieza con un serio problema: el ritmo de crecimiento de la deuda pública, que a finales del ejercicio precedente equivale ya a más del 30% por producto interno bruto.
Justificaciones o excusas
Con frecuencia, se percibe que usuarios de la ANDE, especialmente los propietarios de empresas consumidoras del fluido eléctrico, rompen con su alud de protestas contra el tarifario de la ANDE, rompen las barreras de contención, construidas con materiales de cautela e, incluso, miedo.
Hasta la fecha, desde el 2017, coexisten en el país dos regímenes tarifarios: el de la ANDE y el de la empresa que presta servicios a los usuarios de Villarrica, firma privada que judicializó sus objeciones contra el aumento de 2017 y logró que la Justicia se incline a favor de sus argumentos.
En lo atinente a las causas del 21,10% y del 17,71% más que gastó la empresa eléctrica estatal en los ejercicios 2019 y 2020 en sus compras de energía en las centrales binacionales, nuestras fuentes destacan la fuerte reducción de los niveles de producción de Itaipú en los ejercicios de referencia, hecho imputable a su vez a la dura sequía que castigó en ese lapso de un par de años a la región.
La merma considerable en la producción de Itaipú repercutió en la disponibilidad de la energía que sus administradores nominaron como superior o adicional a la garantizada, la que por decisión de su Consejo de Administración desde el 2002 la cotizan en alrededor de US$ 5/MWh.
La disponibilidad de esta energía depende de que Itaipú alcance la llamada energía garantizada o firme que anualmente debe alcanzar los 75 millones de MWh.
La segunda causa observable es la mayor cantidad de potencia garantizada que contrató la estatal de Itaipú debido a las crisis hídrica y, probablemente, obligada por el nuevo régimen de contratación que asumió con su par Eletrobras en diciembre de 2019.
Nuestros informantes apuntan también la variación del costo en guaraníes de cada kWh resultante de los nuevos montos globales: G. 187,30/kWh en 2020, G. 169,32/kWh en 2019, por consiguiente el año pasado la estatal pagó 10,6% más por cada KWh de energía de y las binacionales que en 2019 y 14,13% en 2019 con relación al 2018.
La otra incógnita de esta fórmula que debe despejarse es la cantidad de energía que retiró en esos años la ANDE de las usinas binacionales.
Según nuestras fuentes, aumentó 1.056.000 MWh en 2020 en comparación con 2029 y 948.000 MWh en 2020.
Destacan un hecho “histórico”
Ayer, por la madrugada, en un hecho considerado “histórico”, inclusive por técnicos privados del sector eléctrico, se interconectaron los sistemas eléctricos de Itaipú/ANDE/Yacyretá “en forma sincronizada y monitoreada en tiempo real por una red MPLS exclusiva e integrada en forma segura con SCADAS de la ANDE, Itaipú y Yacyretá”, se leía ayer en tuit que uno de los técnicos del sector nos reenvió.
El tuit original aclaraba que “aún queda mucho por hacer, pero que lograr esta interconexión histórica es un gran éxito”. Preguntamos si el paso resaltado era solo una prueba, replicaron que no, con una foto actual del punto donde se vinculan en la Estación Villa Hayes las líneas de 500 kV de Yacyretá e Itaipú.