Pobladores de Pozo Hondo alertan el desmoronamiento del muro defensivo

Pobladores de Pozo Hondo piden la intervención del Ministerio de Obras Públicas y de la Comisión Nacional del Pilcomayo para evitar el desmoronamiento del muro que protege a la comunidad.

Pozo Hondo se encuentra a orillas del río Pilcomayo, en la frontera compartida con Argentina y Bolivia, al noroeste del departamento de Boquerón.

En los períodos de crecida del Pilcomayo, el poblado sufre los embates del bravo río. En procura de evitar la desaparición del mismo, alrededor del casco urbano se instaló un muro defensivo.

El poblado está habitado por alrededor de 50 familias, mientras que la comunidad está integrada por unas 120 familias, incluyendo aquellas que viven en establecimientos ganaderos cercanos.

Frente a Pozo Hondo se encuentra Misión La Paz, en el lado argentino. La comunidad indígena tiene el mismo problema con la diferencia de la capacidad de respuesta de las autoridades de la provincia de Salta.

Misión La Paz está protegida por muros de gaviones. El gavión es una caja rectangular construida con malla de acero, dentro de la cual se introducen piedras. La superposición de gaviones se utiliza para proteger zonas con riesgo de desmoronamiento.

Pozo Hondo no tiene muro de gaviones. En su reemplazo, por una cuestión de costo, el MOPC y la Comisión del Pilcomayo instalaron un muro defensivo de tierra que rodea los puntos críticos. Cumple la función de evitar el ingreso del agua, pero requiere mantenimiento continuo. Y este es precisamente el problema en Pozo Hondo.

Piden urgente intervención

La crecida de verano del Pilcomayo golpeó con fuerza el muro defensivo. A esto hay que agregar que el río golpea en forma directa al poblado.

El resultado es el debilitamiento del muro de terraplén: requiere una urgente intervención porque no está en condiciones de soportar la crecida habitual del verano.

El invierno es el período adecuado para realizar los trabajos, preparando el terreno para los meses de diciembre y marzo, que coinciden con los repuntes de caudal.

Alberto Jaime, poblador de Pozo Hondo, menciona que “necesitamos la intervención del MOPC y la Comisión del Pilcomayo. El río está “comiendo” un amplio del sector del muro y en estas condiciones es inevitable su debilitamiento”.

Agregó que “se tiene que trabajar ahora en fortalecer la estructura, de lo contrario el poblado va a desaparecer. No hay forma de atajar al Pilcomayo cuando viene la época de crecida, por eso nuestra insistencia en que se repare el muro”.

Enfatizó que “a simple vista ya se puede apreciar el daño que sufre por la falta de compactación del muro, fenómeno que es normal porque las aguas del río todos los días lo golpean”.

El temor de los lugareños es que se retrase la intervención y se llegue a los meses de verano, cuando ya las posibilidades de trabajar son pocas por la violencia con que baja el río desde las montañas de Bolivia.

“Ahora tienen que empezar a trabajar. No se puede dejar pasar mucho tiempo. Parece un trabajo sencillo, pero no es así porque el muro ya está debilitado y se tiene que proteger su estructura”.

Recuerdo vivo de Pedro P. Peña

Alberto Jaime trajo a colación lo que sucedió con Pedro P. Peña, que fue capital del departamento de Boquerón, sede de una importante base naval y asiento de una población civil.

Pedro P. Peña desapareció. Se descuido el muro defensivo, a pesar de los ruegos de pobladores y militares para fortalecer su estructura.

El río entro y arrasó con todo a su paso. El día de hoy Pedro P. Peña es un poblado fantasma. Desapareció y el sitio fue ocupado por el monte que crece a lo largo del Pilcomayo.

Esto puede suceder con Pozo Hondo si el muro no tiene un fortalecimiento.

roque@abc.com.py