Cómo alimentarnos en invierno

Llegaron días de mucho frío, las frutas, las ensaladas crudas, los jugos frescos, el consumo de agua, y alimentos frescos empiezan a perder protagonismo, sentimos frío, y asociamos esa sensación a nuestra alimentación. En contrapartida, empezamos a consumir alimentos pesados como pastas, carnes, salsas, comidas típicas y otros, que aportan “calor” al cuerpo, lo cual trae aparejado el incremento de “calorías” compuestas en la mayoría de los casos de grasas, proteínas, hidratos y muy poca fibra y líquido.

Es muy importante según la nutricionista consumir sopas en invierno.
Es muy importante según la nutricionista consumir sopas en invierno.

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“Lo ideal es tener buenos hábitos, sin importar la estación del año, ya que la energía que nuestro organismo necesita para realizar sus funciones vitales, es la misma sin importar en que época del año estemos. Si nos descuidamos y quedamos en casa presos del frío, y comiendo de manera extraordinaria, lo mejor que nos puede pasar es que acumulemos kilos, lo cual conlleva al incremento en los niveles indicativos de las patologías relacionadas con la alimentación, y es ahí cuando empieza el círculo vicioso de hacer dietas raras y extremas perder todo lo “extra” que nos dejó el invierno” manifestó la licenciada en nutrición, Cristina Ciresa Peris.

Se tiende a pensar que con el frío, la ingesta de los alimentos tiene que aumentar, pero la realidad es que hay que mantener una ingesta energética similar durante todo el año. Nuestro metabolismo, en el proceso de utilización de energía, sigue siendo el mismo.

Es verdad que en invierno, pueden apetecer más platos calientes. Los alimentos recomendados en invierno son los mismos que en las demás estaciones, sin excluir ningún grupo.

Recomendaciones especiales para el Invierno:

- Consumir frutas a temperatura natural, aprovechar las frutas de estación como limones, naranjas, pomelos, mandarinas, kiwi, que aportan cantidad significativa de Vitamina C, lo cual fortalece nuestro sistema inmune, protegiéndonos de enfermedades respiratorias, además de ayudar en la formación del colágeno, una proteína estructural que hace de escudo frente a microorganismos externos.

- No dejar de consumir verduras, cocidas ni crudas. Las crudas se consumirían a temperatura natural, en ensaladas, las cocidas calientes, en panachés, tartas, soufflés, sopas crema, verduras al horno, etc. Las verduras aportan micronutrientes que ayudan a nuestro sistema inmune.

- Para hacer frente a las bajas temperaturas, necesitamos alimentos que además de vitaminas y minerales, nos proporcionen vigor y calor interno. Por tanto, podemos añadir cereales saludables, si fueran integrales mucho mejor, ya que así incrementamos el consumo de fibras. Hablamos de arroz, frutos secos, semillas, entre otros. Si las combinamos las verduras y los cereales, tendremos un plato más completo.

- También para el invierno y como fuente de ricos nutrientes se recomienda el consumo de legumbres, porotos, lentejas, garbanzos, entre otros. Ya que son una buena fuente de energía, proteínas vegetales y mucha fibra, son ricas y saciantes. Además, combinadas con cereales aportan proteínas de alto valor biológico, lo que significa que reemplaza o sustituye al aporte de proteínas animales, como huevos, carnes, etc.

- Para el consumo de carne, se recomienda que sea magra.

- En los días de frío es recomendable optar por vegetales grillados, sopas de verdura, soufflés, vegetales al horno, puré, ensaladas tibias, guisos de legumbres y carnes desgrasadas.

- Debemos mantener 5 a 6 comidas al día, para mantener el metabolismo activo, estar saciados y evitar comidas copiosas luego de varias horas sin ingesta de alimentos.

- Aunque con el frío cuesta más salir de casa y ponerse en movimiento, la actividad física es uno de los factores claves para mantenerse saludable: contribuye a la salud de los huesos, ayuda a normalizar los valores de presión arterial, disminuye colesterol y triglicéridos y reduce el riesgo de sufrir enfermedades crónicas, incluidas las cardiovasculares. Se recomienda por lo menos caminatas de al menos 30 minutos 6 veces a la semana.

- Es fundamental mantener una buena hidratación, consumir agua a temperatura natural, tés o infusiones, regularmente. La necesidad de líquidos es la misma en cualquier estación del año y el cuerpo los necesita para su funcionamiento.

- La vitamina D también ayuda a través del sol, por tanto, es importante no dejar de salir al sol, aunque sea unos minutos al día y en invierno a veces tenemos días con poco sol, por tanto, se puede ayudar a suplementar este efecto a través de alimentos como la yema de huevo o el queso, por ejemplo.

- Desde la Nutrición Energética, en la Medicina Tradicional China, también existen recomendaciones generales que se complementan para mantener la salud en esta época del año, como incluir en la dieta alimentos de naturaleza Caliente. Cocciones más largas. No consumir alimentos crudos y fríos. Sí cereales, leguminosas y frutos secos durante esta estación. También son muy apropiados los tubérculos. (papa, mandioca, zanahoria, batata, etc.) Proteínas animales (carne, huevos), pues son de naturaleza caliente.

Por tanto, si queremos mantener un estado de salud óptimo sería bueno seguir estas recomendaciones y no caer en el error común de “sobrealimentarnos” por la llegada del frío. Sobrealimentarnos no es sinónimo de levantar defensas ni sumar buena salud.

Recordemos que la alimentación es la fuente de energía, combustible de nuestro cuerpo, y cuanto mejor sea esta en lo que respecta a la calidad y al aporte de nutrientes, mejor será el funcionamiento de nuestro organismo lo que reflejará un buen estado de Salud.

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