Los productores afectados dicen que ya no realizan las denuncias ante las autoridades debido a que no existen respuestas de parte de la Policía ni de la propia Fiscalía, ya que en lugar de encontrar soluciones, por el contrario, reciben como represalia de los abigeos más robos de animales, por lo que están buscando otro tipo de alternativas que eviten estas acciones ilícitas.
Las cuatro estancias ubicadas en la zona de María Auxiliadora del distrito de Fuerte Olimpo sufrieron la pérdida de siete animales vacunos, lo que genera cuantiosas pérdidas económicas, ya que los cuatreros a la hora de robar no diferencian los tipos de animales y en varias ocasiones inclusive faenan vacunos de alta genética, que tienen altos costos.
En uno de estos establecimientos, el personal encontró a la vera del camino un toro muerto. El precio promedio del animal es de unos G. 10 millones. El toro recibió el impacto de un proyectil de rifle y, debido a que no murió al instante, no fue llevado por los cuatreros.
Los ganaderos dicen que están viendo alternativas que puedan ayudar a evitar el robo de los animales o aunque sea disminuir este delito. Barajan la posibilidad de instalar cámaras de seguridad, más portones o la contratación de guardias armados.
Denuncian robo de 70 animales vacunos en la zona de Fuerte Olimpo
La mayoría de los casos de abigeato en la zona quedan en la nada, ya que a pesar de que los cuatreros son sorprendidos in fraganti en algunas situaciones, estos permanecen recluidos en sedes policiales solo por algunos días, ya que de manera inmediata reciben su libertad gracias a las actuaciones de jueces complacientes.
Es por eso que siempre se presume sobre la existencia de una verdadera rosca mafiosa integrada por representantes de la justicia, fiscalía y uniformados policiales, quienes incentivan el robo de animales vacunos o cubren con un manto de impunidad a los delincuentes comunes que perjudican a los productores.
A esto también se le suma la falta de mataderías municipales en los 4 distritos del departamento de Alto Paraguay, lo que imposibilita realizar un detallado control de los animales vacunos faenados y que son comercializados en las varias carnicerías irregulares de la zona.