Homicidio en la canchita: Descartan sicariato y apuntan a una “quema de archivo”

El asesinato del exconvicto Jorge Fernando Miranda Ayala (44 años), alias Papu, ocurrido el 20 de octubre pasado en una canchita de fútbol del barrio San Pablo de Asunción, no habría sido un crimen por encargo ejecutado por sicarios contratados, sino una “quema de archivo” entre miembros de una banda de asaltantes que supuestamente integraba la víctima, según la principal hipótesis de la Policía Nacional.

El homicidio de Jorge Fernando Miranda Ayala, alias Papu, ocurrió en una canchita del barrio San Pablo de Asunción.
El homicidio de Jorge Fernando Miranda Ayala, alias Papu, ocurrió en una canchita del barrio San Pablo de Asunción.

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El homicidio se produjo en la noche del miércoles 20 de octubre pasado en una canchita de fútbol que queda en las calles Guavijú y Araucanos del barrio San Pablo.

El que sería asesinado, Jorge Fernando Miranda Ayala, alias Papu, estaba compartiendo unas cervezas con sus amigos a un costado de la cancha, mientras otro grupo seguía jugando al fútbol.

En un momento dado, apareció en el lugar una camioneta Chevrolet Tracker gris, de la cual bajaron dos hombres armados con pistolas calibre 9 milímetros y que dispararon 13 tiros contra su objetivo, a quien lo tenían perfectamente identificado. Posteriormente, los matones huyeron de la escena.

Inicialmente, la familia del fallecido se resistió a colaborar con la investigación, según dijeron los policías.

Papu era un exalumno del colegio Pablo L. Ávila que desde muy joven se vio involucrado en hechos delictivos.

Algunos antecedentes

Por ejemplo, en 2007 fue detenido junto a otros tres miembros de una gavilla cuando iban a vender en el distrito de 25 de Diciembre una camioneta perteneciente a la dueña del conocido centro comercial Fernandito. El vehículo fue robado en un asalto en el que tomaron de rehén al chofer de la propietaria.

En 2009, Miranda denunció en la comisaría 11 Central de Arroyo Seco haber sido secuestrado por un grupo de policías a los que supuestamente tuvo que pagar G. 1 millón para que lo liberaran. Su familia había alegado en esa época que los uniformados se aprovecharon de Papu porque sabían que tenía antecedentes.

Para cuando fue asesinado, Jorge Fernando Miranda Ayala tenía vigentes varias medidas restrictivas, como prohibición de salida del país, de consumir alcohol, de portar armas y de acercarse a la víctima.

Este último punto se refiere al proceso por privación de libertad que le abrieron a Papu por el intento de secuestro de un niño de 12 años, ocurrido el año pasado en Ñemby, donde también era investigado por otro rapto, el de un supuesto microtraficante, en el marco de una disputa por territorios para la venta de drogas.

La primera pista

La primera pista importante surgida en el caso del crimen de Jorge Fernando Miranda Ayala, alias Papu, fue que una pericia balística hecha con las vainas recogidas en la escena confirmó que una de las pistolas usadas para matar a Papu ya había sido disparada el 21 de abril de este año en otro atentado, en este caso contra Rosa Ramona Alcaraz Duarte (37).

Este ataque a tiros ocurrió sobre la calle Teniente Rojas Silva casi avenida Gaspar Rodríguez de Francia de la capital, cuando la mujer iba a visitar a una amiga. La citada víctima acusó un tiro en la cara, pero sobrevivió. Fue el segundo intento de asesinato que sufrió en esa semana.

Rosa quedó como testigo de la Fiscalía en el caso del asalto contra los cajeros del Banco Nacional de Fomento (BNF) y Banco Atlas que fueron volados el 16 de marzo pasado en el supermercado Real de Fernando de la Mora. Inicialmente, fue investigada como cómplice, ya que prestó su vehículo y consiguió el aguantadero que usaron los asaltantes que perpetraron el robo de casi G. 1.000 millones.

La camioneta Chevrolet

El miércoles último, justamente una semana después de la muerte de Papu, policías de Automotores recuperaron la camioneta Chevrolet Tracker gris usada por sus verdugos.

La camioneta fue localizada en un aguantadero de Villa Elisa, donde se hallaron además otros tres vehículos robados y las chapas y cédula verde de tres más.

Además, en el lugar se encontraron evidencias de que la banda que mató a Papu estaba preparando un gran asalto, probablemente otro cajero automático.

Vainas de fusil

Justamente, dentro de la camioneta Tracker usada en el homicidio de Papu fueron recogidas cuatro vainas (bala piré) expulsadas por un fusil calibre 5.56.

Otra pericia balística reveló que esta misma arma de guerra se disparó el 5 de abril de este año en un asalto contra un blindado de Prosegur en el predio del hipermercado Luisito de Capiatá.

En ese atraco, murió César Zaracho Barrios (42), un padre de familia que estaba esperando dentro de su auto a su esposa que a su vez estaba haciendo compras en el súper. Zaracho quedó atrapado en el tiroteo entre asaltantes y guardias de Prosegur.

El mismo fusil calibre 5.56 que expulsó las vainas encontradas el miércoles último en Villa Elisa fue disparado el 6 de setiembre pasado en el asalto en Fernando de la Mora contra dos mujeres que salieron de un depósito de materiales de construcción.

Las víctimas se dirigían a retirar de la escuela a un niño, pero los asaltantes pensaron que llevaban al banco la plata del citado negocio. En este atraco, de hecho, fue usada también la misma camioneta Chevrolet Tracker del homicidio de Jorge Fernando Miranda Ayala.

Los sospechosos

A partir de estos reveladores datos, la Policía entendió que Papu Miranda fue eliminado por la banda responsable no solo de los dos asaltos citados anteriormente, sino de varios otros millonarios golpes perpetrados en los últimos meses en casi todo el país.

Esta gavilla, que había matado a Papu Miranda, es comandada actualmente por Joel Mancuello Ferreira, alias Loqui, y Jesús Arnaldo Irala Hermosilla, alias Jesus’i,

Loqui y Jesus’i escaparon el 16 de febrero pasado del calabozo del departamento de Investigaciones de Central, que funciona en el mismo predio de la comisaría 1° de San Lorenzo.

Otros dos evadidos aquella vez fueron Diego Rubén Duarte Sanabria, alias Paco, y el que era por entonces el jefe de la gavilla, el célebre criminal Roque Jacinto González Almirón, alias Roque Pyguasu.

Como Roque Pyguasu y Paco fueron recapturados posteriormente en Ciudad del Este, Loqui y Jesus’i quedaron como cabecillas de la banda.

Precisamente, las características físicas de Joel Mancuello, alias Loqui, y Jesús Irala, alias Jesus’i, coinciden perfectamente con la descripción que dieron los testigos sobre los dos asesinos que atacaron en la canchita de fútbol del barrio San Pablo de Asunción a Jorge Fernando Miranda Ayala, alias Papu.

Formaba parte de la banda

En este sentido, el director de Investigación de Hechos Punibles de la Policía Nacional, comisario principal César Silguero, habló sobre el caso el jueves de noche en el programa Momento Justo de radio ABC Cardinal 730 AM.

Silguero dijo que la principal hipótesis que manejan sobre el homicidio de Papu Miranda es que la víctima integraba la banda de asaltantes de Loqui y Jesus’i y que su muerte no fue ejecutada por sicarios contratados, sino por sus propios cómplices.

“Él era parte del grupo, según nuestra pesquisa. Aparentemente hubo un problema entre ellos”, manifestó entre otras cosas el alto jefe policial.

Las capturas de Joel Mancuello, alias Loqui, y Jesús Irala, alias Jesus’i, ahora pasan a ser la máxima prioridad para la Policía para aclarar no solo el asesinato de Papu Miranda, sino varios otros asaltos con resultado de muerte.

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