Estela Appleyard sobre la buena redacción: “En la mayoría falta capacidad redactora”

Una carta, una nota o simple esquela bien escrita transmite mensajes claros, refleja orden en el pensamiento. Y saber redactar una noticia, un cuento o crear una poesía nos enriquece todavía más. Sin embargo, en nuestro país, a muchos les cuesta horrores sentarse a escribir algo sencillo o, peor, escribir correctamente no les parece necesario.

Castellano
Formadora de maestros, la profesora Estela Appleyard de Acuña.

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Nadie mejor que la profesora de castellano Estela Appleyard (la profe Inca) para hacer un repaso: “Una buena redacción implica claridad de ideas, vocabulario apropiado, buena estructuración de párrafos, sintaxis y ortografía correctas”, apunta.

-¿Por qué la mayoría no quiere/sabe/puede redactar?

El problema está, básicamente, en la falta de lectura; la persona que lee bien escribe bien.

Nuestro sistema educativo no promueve el hábito de la lectura. Con mucha pena digo que el maestro de hoy no lee y, por supuesto, tampoco hace leer; en la casa los padres no leen, por consiguiente, los niños no tienen el ejemplo, no se les regalan libros, no se lee con ellos aunque sea unos parrafitos de algún cuento, leyenda antes de dormir. No se los inicia en la lectura.

-¿Y si lo hicieran?

Si se los entusiasmara con la lectura, luego se podría invitarlos a contar brevemente lo que leyeron y a escribir lo que contaron, tal vez el pasaje que les gustó más, que los impresionó, que creó en ellos suspenso y, poco a poco, invitarlos a escribir un cuentito.

Para las redacciones prácticas crear situaciones en que se necesiten redactar una tarjeta de invitación, una cartita, un aviso, etc; leer varios modelos y luego redactar el texto que van a utilizar.

-El niño que aprende a hablar bien, que sabe contar lo que vio, lo que le pasó tiene ventaja cuando empieza a leer y escribir. ¿A qué edad se aprende a redactar?

Lo ideal es que al niño de meses, cuando ya puede manejar objetos, se lo ponga en contacto con los libros, no los va a leer, pero se va a familiarizar con ellos. Por otro lado, ciertamente, si en la casa se habla correctamente, el niño también lo hará, y si le agregás la lectura, por supuesto que va a escribir bien.

Aprender de adultos no es imposible

-Hay gente que habiendo aprobado la enseñanza primaria, la secundaria (no me animo a decir universidad), no sabe redactar algo simple.

Tuve una empleada que terminó la Media en un colegio céntrico, estudió allí los tres años; en Literatura, jamás leyeron (no digo un libro) un cuento, una poesía; ¿cómo el joven va a apreciar la belleza de un poema si no se desarrolló en él el gusto estético? ¿Cómo va a desarrollar su imaginación (a no ser que sea algo innato) si no se lo hizo leer?

-La educación de adultos es todo un desafío para el maestro. ¿Se puede recuperar el tiempo perdido, aprender lo que no se aprendió a tiempo?

Con fuerza de voluntad, se puede. Será más difícil, pero no imposible, como te digo es cuestión de que la persona se disponga.

-¿Cree que las personas con títulos y diplomas, profesionales de alto rango, digamos, sienten algún complejo de no saber redactar?

Es una lástima que no haya conciencia de falta de capacidad redactora, de modo que no se puede tener vergüenza. No quiero dar ejemplos para no herir susceptibilidades.

-¿Qué proceso siguen las ideas (o lo que quiero decir) antes de ser plasmadas en el papel?

Primero surge la necesidad de redactar algo y sobre esa necesidad se van encadenando las ideas, uno se pone a escribir y va corrigiendo, ordenando, borrando, rehaciendo.

-Un par de consejos para las personas con fuerza de voluntad, que quieren aprender a redactar -mejor tarde que nunca-

Existen libros de redacción práctica y también creativa, tenerlos a mano puede ayudar, pero lo esencial es la lectura de buenos libros, porque ayuda al orden de las ideas, enriquecer el vocabulario, a mejorar la sintaxis y ortografía.

La estructura de la redacción

Todos redactamos de alguna manera, hay de todo en la viña de la palabra: quienes lo hacen mal, mediana o brillantemente. Sin embargo, no debería ser una opción, sino un deber manejar el propio idioma tanto de manera escrita como hablada.

“Claro que sé escribir” “No redacté la tarea porque no tuve tiempo nomás” “¿Quién no sabe escribir? ¿Acaso alguien termina la escuela sin saber leer y escribir?” “No importan las faltas de ortografía, lo importante es transmitir el mensaje” “Aburrido es escribir”, son solo algunas de las justificaciones que surgen sobre la falta de redacción. No obstante, cualquier análisis sencillo derrumbaría cada expresión, cada excusa. Escribir es importante y merece práctica diaria.

Una buena redacción es un hilo de pensamiento coherente, recordemos que la redacción nace para ser leída y debe ser amena para el lector.

La redacción es un proceso de pensamiento compuesta por: la introducción, nudo o desarrollo y la conclusión.

En la introducción presentamos la idea que queremos desarrollar, que no debe ser algo demasiado extenso para no cansar al lector y despertar su interés.

En el desarrollo o el cuerpo del escrito podemos extendernos mejor, detallando y exponiendo nuestros argumentos de manera sólida, clara, armoniosa. Es preferible centrarnos en lo que sabemos y no aventurarnos a querer enriquecer el tema con puntos sobre los que no tenemos una buena información o no manejamos.

En la conclusión cerramos la idea que presentamos y desarrollamos anteriormente. Debemos ser concretos y evitar redundar en “remates”, lo primordial es dejar un mensaje, una reflexión, una moraleja para el lector, quien finalmente decidirá si concuerda o no.

10 beneficios de escribir bien

1. Te comunicarás con mayor claridad: Cuando escribes, a diferencia de cuando hablas, elegirás palabras y expresiones más sofisticadas. Tu mensaje podrá manejar ideas más complejas pero expresadas de manera mucho más efectiva.

2. Eliminarás estrés: Te libera de pensamientos que, de no expresarlos, quedan en tu cabeza de manera abstracta.

3. Serás más productivo: Escribir te activa las neuronas, hacerlo al principio del día provoca un “calentamiento”. Escribir las palabras adecuadas te predisponen a ejecutarlas correctamente e incluso está demostrado que, definir tus metas por escrito, incrementa considerablemente las posibilidades de lograrlas.

4. Aprenderás más: Escribir con tus propias palabras ayuda a asimilar conocimientos que, de otra manera, se te olvidarían con el tiempo.

5. Ganarás conciencia de tu realidad: Si escribes lo que pasa por tu cabeza cada día, lo que esperas conseguir, cómo te sientes con respecto a ello, no necesitarás ir al psicólogo para que te explique quién eres. Te darás cuenta tú mismo.

6. Tomarás mejores decisiones: Al escribir tendrás el pensamiento más claro, y elegirás mejor.

7. Serás más feliz: No necesitas escribir un blog ni la aprobación pública, basta con un diario personal.

8. Vivirás más enfocado: No perderás de vista lo que quieres lograr.

9. Superarás antes los malos momentos: Hay estudios que sugieren que las personas que escriben sobre lo que les está ocurriendo superan antes los malos momentos que los demás.

10. Tendrás un montón de cosas que recordar: Si escribes tendrás un registro histórico de tus pensamientos, probablemente más interesante que un álbum de fotos. Y quien sabe si no llegas a publicar tu libro.

(Fuente: FacileThings- Internet)

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