Tacumbú: actual política criminal provee de soldados al crimen organizado, dice el MNP

Sonia Von Lepel, del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), se refirió a los últimos acontecimientos de Tacumbú, recordó que desde su creación, hace 10 años, el organismo viene llamando la atención de las autoridades de los tres poderes del Estado sobre la situación de las cárceles del país.

“Esta crisis es una crisis más. Es necesario que dejemos de sacar leyes de emergencia penitenciaria y nos ocupemos realmente de la construcción de una política pública”, dijo Von Lepel.

La comisionada dijo que para cambiar la actual situación es indispensable un cambio en la política criminal. “Cuando se creó el MNP en 2014 teníamos cuatro mil personas privadas del libertad, hoy tenemos diez y siete mil. ¿Quiénes son esas personas privadas de libertad? El 70% con prisión preventiva. Esa es nuestra política criminal”, criticó.

“Un uso desmedido de la prisión preventivo, una política de drogas dura, que hace que el 40% de las mujeres privadas de libertad estén vinculadas al microtráfico. Y una reticencia por parte de los operadores de justicia, de otorgar medidas alternativas a personas para que puedan esperar afuera su proceso. Una política punitivista como única respuesta al problema social”, enfatizó.

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Construir más cárceles no es la solución

Tenemos muchísima desigualdad, pobreza, falta de oportunidades laborales, falta de educación, deserción escolar, y todo eso queremos resolver con el sistema punitivista.

La comisionada se refirió a la propuesta del Ejecutivo de construcción de más cárceles, señalando que no es una solución, mientras no haya un cambio en esa política.

A esto se suma el hecho de la ausencia total de una reinserción real de las personas privadas de su libertad.

Si esto no cambia, aseguró Von Lepel, no va a haber cambio real con cambios de ministro, interpelaciones u otras medidas paliativas.

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Este sistema provee de soldados al crimen organizado

El actual sistema más que resolver el problema, provee de soldados a los grupos organizados, que a su vez se disputan entre ellos el poder en las cárceles, en un cogobierno con los agentes del sistema penitenciario, donde impera el elemento de la corrupción.

A esto se suma la ausencia en el deber de garantizar esos derechos de las personas, que terminan siendo garantizados por estos grupos criminales, así como la permeabilidad del sistema, debido a los altos caudales de dinero que mueve el narcotráfico.

“La droga maneja un dineral, agentes penitenciarios que ganan dos millones y medio, dos setecientos, y están expuestos a un montón de situaciones. La falta de profesionalización, un sistema carcelario incapaz de poder contener esta realidad, y le estamos dando soldados”, criticó.

“Si yo no le puedo garantizar un medicamento, ¿quién le garantiza?, el crimen organizado. Si yo no puedo gestionar un cajón para enterrarle dignamente, ¿quién garantiza?, el crimen organizado. Si seguimos en esta línea, más cárceles nos va a dar como resultado mayores soldados para el crimen organizado”, concluyó.

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