Feprinco reclama control del espacio aéreo y escáner en puntos de exportación

La democracia paraguaya es aun frágil por la falta de respuestas adecuadas a las necesidades de seguridad, salud, educación y transporte público de calidad, señaló este lunes el presidente de Feprinco, Ernesto Figueredo Coronel. Respecto al primer punto pidió específicamente que sea operativo el control con tecnología del espacio aéreo y con escáner de contenedores en todos los puntos de exportación.

Feprinco, reunión de Fin de Año de la directiva, en el Unión Club, este lunes.
Feprinco, reunión de Fin de Año de la directiva, en el Unión Club, este lunes.

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La falta de respuesta del Gobierno a los reclamos seguridad, salud y educación nos aleja del estado de derecho y abre el camino al populismo, advirtió ayer el presidente de la Federación de la Producción la Industria y el Comercios (Feprinco), Ernesto Figueredo, en su mensaje de Fin de Año.

“El crimen organizado y la corrupción requiere acciones concretas más que discursos y justificaciones”, destacó el titular de Feprinco. Propuso que se deben instalar y poner en operación los radares necesarios para el control del espacio aéreo de nuestro país. Igualmente, solicitó la instalación y la puesta en operación los escáneres de contenedores en todos los puertos de exportación.

“Las acciones que sean necesarias para un combate más efectivo al narco negocio en todas sus formas, el tráfico, el crimen y la delincuencia”, enfatizó el presidente de Feprinco.

También afirmó que Feprinco ve con mucha preocupación las iniciativas parlamentarias que atentan contra inmuebles del Estado y aún más peligrosas las iniciativas que buscan bajar las penas por corrupción.

“Necesitamos que la Seprelad, la Fiscalía y la Justicia obtengan resultados medibles con los grandes lavadores, no solo con los ciudadanos de a pie que realizan trámites en entidades financieras de plaza”, señaló.

En otro orden, recordó que desde el acuerdo social y económico suscripto en el 2004 entre el sector público y privado aún siguen pendientes los deberes de la mejora de calidad del gasto público, la eficiencia del Estado.

Remarcó que desde ese tiempo se ha empeorado la gestión y los trámites burocráticos que padece la población desde casi todas las entidades públicas y descentralizadas, lo cual permite el avance de la corrupción en estos procesos.

Argumentó que dicho problema se debe principalmente a décadas de falta de inversión en tecnología y mejora de procesos.

Figueredo celebró que nuestro país esté consolidando una macroeconomía, hecho que es destacada en el exterior y es el pilar para ser previsibles y atractivos a la inversión.

“A pesar de los embates que tuvimos, y aún seguimos teniendo, de la pandemia y las largas sequías que fueron importantes golpes al crecimiento económico, los emprendedores de las micro pequeñas, medianas y grandes empresas, hemos redoblado el esfuerzo y junto con todos los colaboradores de nuestras empresas con su grano de arena, pudimos sacar adelante el país”, manifestó.

Sin embargo, afirmó que el crecimiento económico debería llegar más rápido y mejor al bolsillo de la población. Agregó que no es suficiente crecer a ritmos del 3 o 4% del PIB, debemos crecer a tasas más altas, porque el crecimiento de la economía es la herramienta para bajar la pobreza y mejorar el ingreso de las personas y para todo ello es sustancial y fundamental el aumento de la inversión directa extranjera y la incorporación de tecnología, según afirmó.

“Vemos muy positiva la apertura de nuevos mercados para nuestros productos, destacamos la reciente apertura de EEUU para la carne bovina, un ejemplo de exitoso trabajo conjunto público privado”, indicó.

En relación a la industria de procesamiento de oleaginosas comentó que mejoró este año respecto al 2022, pero advirtió de una tendencia a la baja desde el 2018.

“El sector de la agroindustria aceitera se ha visto afectado por la falta de políticas públicas que compensen las que sí adoptan otros estados para fomentar el agregado de valor dentro de sus fronteras, restringiendo a la agroindustria de la oportunidad de competir en igualdad de condiciones con fábricas de otros países”, reclamó.

En ese sentido pidió al Gobierno que se implemente un esquema de equiparación tributaria para la industria aceitera con relación al resto de las industrias que exportan; la lucha frontal y permanente contra el contrabando; seguir trabajando para asegurar la producción sustentable, a modo de que el país se adapte a las exigencias de los consumidores y el establecimiento por ley de un régimen de admisión temporaria para importar materias primas agrícolas que se ajuste a las particularidades de la actividad.

También manifestó que para la Feprinco son auspiciosas algunas de las reformas iniciadas por el gobierno, pero reclama que se debe profundizar el diálogo y mejorar la comunicación, porque la imposición puede trancar la puesta en marcha de las mismas. “Necesitamos continuar un proceso de reforma de la administración pública para dar a nuestra economía una mayor capacidad de crecimiento y sostenibilidad”, expresó.

Añadió que cuando las políticas públicas son construidas en conjunto, estirando el carro tanto sector público y privado, escuchando y respetando las diferentes miradas, se obtienen los mayores resultados. “Nos preocupan las reformas que generan nuevas instituciones con marcado poder discrecional unipersonal que dependen del gobierno de turno, necesitamos trabajar en conjunto, dando lugar y espacio de interacción real a los diferentes sectores para encontrar la soluciones que nuestro país necesita, muchas de las propuestas que hoy se conocen, no generan esas instancias de coparticipación en la construcción de las políticas públicas y marcos reglamentarios”, señaló.

Mencionó a su vez, que los lazos con Argentina y Brasil deben solidificarse buscando el respeto a los derechos paraguayos, sin dejar de mirar oportunidades dentro y fuera del MERCOSUR.

Remarcó que el Paraguay necesita que juntos potenciemos la cultura del trabajo, del coraje de emprender, de la creatividad, del esfuerzo, que el sueño de un joven no sea un empleo en el Estado, que además lastimosamente hoy sigue dependiendo en la mayoría de los casos a situaciones externas a su idoneidad y más a relaciones partidarias que a la vocación, patriotismo y honestidad.

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