Caacupé: Monseñor López advierte sobre un país que “negocia” bienes del Estado

Monseñor López advirtió que el país no puede seguir negociando los bienes del Estado.

Monseñor Osmar López, obispo de la Diócesis de San Juan Bautista Misiones y Ñeembucú, denunció que en el país se “negocian” recursos públicos como medicamentos y kits de alimentos. Afirmó que, actuando así, “Ñandejára ndoguerohorymo’ãi mba’eve jajapóva” y que estas prácticas nos vuelven “gente sinvergüenza”. También lamentó que la justicia se inclina donde hay dinero y poder. Fue durante la misa vespertina del séptimo día del novenario de la Virgen de Caacupé.

audima

Monseñor Osmar López afirmó que la corrupción cotidiana ha alcanzado niveles alarmantes, al punto de que “negociamos con recursos del Estado como medicamentos, kits de alimentos, etc.”, exponiendo un uso indebido de bienes públicos que deberían servir exclusivamente a los más vulnerables.

Según el obispo, estas prácticas no solo afectan al funcionamiento del Estado, sino que deterioran profundamente la ética personal y social. “Ñandejára ndoguerohorymo’ãi mba’eve jajapóva, ha oikóta ñande hegui gente sinvergüenza”, cuestionó, remarcando que la corrupción transforma a las personas, normaliza la viveza y degrada la dignidad de toda la comunidad.

Monseñor también centró su mensaje en la crisis del sistema judicial. Señaló que los pobres ven sus causas quedar el “oparei”, mientras quienes tienen recursos económicos utilizan “chicanas judiciales” para dilatar o evitar procesos.

Denunció además que “la balanza se inclina hacia donde hay dinero y poder; la espada se esconde para decir que no hay pruebas suficientes y la venda se saca para observar bien de quién se trata”.

Equilibrio de poderes

Monseñor López recordó que la Constitución prevé un equilibrio de poderes, pero lamentó que el Poder Judicial sea el más presionado políticamente. Esta situación dijo desalienta la inversión seria, alimenta la impunidad y refuerza la percepción de que la ley castiga más a los pobres que a quienes tienen poder.

Aun así, agregó que “no todo está mal”: resaltó que existen jueces honestos y servidores públicos comprometidos, a quienes es necesario respaldar. Pero sostuvo que el cambio real debe empezar por cada ciudadano, dejando de justificar o tolerar prácticas corruptas, por pequeñas que parezcan.

El mensaje de monseñor, centrado en el llamado a “practicar la justicia”, apeló a convertir la fe en acciones concretas. Explicó que la justicia cristiana exige ponerse del lado del débil, rechazar cualquier forma de abuso y actuar con coherencia incluso en lo cotidiano. Cada gesto de honestidad, insistió, es una forma de resistir a un sistema que muchas veces premia el oportunismo y castiga la rectitud.

Monseñor Osmar López concluyó recordando que la justicia es un bien común fundamental y que su deterioro compromete el futuro del país. Por eso exhortó a que la transformación empiece desde cada persona, para no caer en la contradicción de predicar valores mientras se sostienen prácticas corruptas.

La explanada de la basílica estuvo colmada de fieles desde temprano.

Lo
más leído
del día