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Los uniformados, que contaron con el acompañamiento del fiscal Jalil Rachid, ingresaron a la comunidad Yrya'pu, perteneciente a la etnia Avá Guaraní, donde encontraron las plantaciones de marihuana.
Por orden del fiscal se procedió a cortar y quemar la plantación que, de haber sido cosechada, hubiera dado entre dos y tres toneladas de marihuana por hectárea.
Según se supo, hay sospechas de que los mismos indígenas están “alquilando” sus tierras a los narcotraficantes para que cultiven la marihuana.
Al parecer, los narcos pagan a los nativos para que entren los cultivadores a hacer su trabajo.