La lluvia y la codicia dejan bajo agua a 700 familias en Limpio

Una de las zonas fuertemente afectadas por el temporal del viernes fue el barrio El Palmar de Limpio, donde unas 700 familias quedaron literalmente bajo agua en un corto lapso por el desborde del Itay. La naturaleza no fue la única causante.

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Hubo que evacuar a niños y ancianos con ayuda de vecinos y bomberos y solo por fortuna no ocurrió una desgracia. A esta hora el agua ya escurrió, pero anoche había casas anegadas hasta un metro y medio de altura, si no más.

Quienes conocen el Itay saben que en situaciones como la del viernes se convierte en un torrentoso río que colecta las aguas de una amplia cuenca y sube varios metros. Pero la pesadilla vivida por estos pobladores no se debe solamente a la naturaleza.

Como obra de mitigación se “eliminó” el pequeño puente que existía con anterioridad y se construyó uno de 60 u 80 metros, lo que supuestamente iba a permitir que el caudal en días de lluvia pudiera fluir sin problemas por el cauce.

Sin embargo, estuvimos por el lugar, recorrimos la parte inferior acompañados por Jorge Torres, de la maderera Paso Ñandejára, y comprobamos in situ que no se removió la estructura del viejo puente, que sigue estando allí para ahorro de los constructores, seguramente en connivencia con el MOPC. Los restos de la vieja estructura actúan como un verdadero dique que ataja el caudal aumentado y provoca el desborde del arroyo-río aguas arriba.

Y no es el único problema.

Propietarios privados de ambas márgenes hicieron (y siguen haciendo) refulados que ya le ganaron unos 15 metros a ambos lados del arroyo, lo que angosta dramáticamente el cauce y aumenta exponencialmente la altura de la correntada.

De un lado hay un antigua “inversión”, ya abandonada, que los vecinos atribuyen al empresario “Ñoro” Draguicevich (no pudimos contactar con él). Del otro, se está llevando a cabo un gran emprendimiento perteneciente el grupo Cogorno, que compró o alquiló la propiedad al grupo Talavera Ortellado.

Allí permanentemente llegan camiones con tierra y escombros, que luego son acomodados con topadoras para ir ganándole terreno al cauce, con la aparente intención de hacer una amplia explanada para estacionamiento de un supermercado y un futuro shopping. Ni representantes de Talavera ni de Cogorno han querido nunca hablar con ABC sobre los detalles del proyecto, pese a nuestra insistencia.

A simple vista se observa que la intervención provoca consecuencias indeseadas, como quedó evidenciado el viernes, con la vista gorda del Ministerio del Ambiente y de la Municipalidad de Limpio, actualmente a cargo del colorado Carlos Palacios.

Jorge Torres nos comentó que la comisión vecinal puso al tanto reiteradas veces de la situación y sugirió soluciones a todas las autoridades, pero apenas responden con pequeños paliativos.

Les dijeron que la “solución de fondo” es la tan mentada laguna de mitigación en el Parque Guasu, una obra de dudosa utilidad. Aunque luego admitió que el exministro Ramón Jiménez Gaona les instó a apoyar ese proyecto.

“Lo que aquí hay que hacer es lo mismo que se hizo en el Itay en la zona del aeropuerto, ampliar el cauce y delimitarlo, con eso se soluciona el problema”, dijo.

¿Hay que esperar una desgracia para hacer cumplir la ley y proteger a la población? ¿Quién se hará responsable si llega a ocurrir?

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