Cuando todo falle, busque culpables

Siempre he defendido que los incompetentes pueden hacer tanto daño como los corruptos. Es así porque, tanto los unos como los otros, tienen una memoria selectiva, que olvida automáticamente las tonterías que dijeron, siempre tienen una excusa para sus actuaciones y siempre encuentran la forma de echarle la culpa a los demás de los desastrosos resultados a los que conduce, invariablemente, ya sea su angurria o su ineptitud.

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Como, por desgracia, la administración de nuestro país está repleta tanto de ineptos como de corruptos, asistimos a un aluvión interminable de excusas y a una sistemática búsqueda de fórmulas para que algún otro cargue con la culpa de los desastres, cuyas principales causas son el robo y la torpeza generalizados en la administración pública.

Por olvido selectivo, el Ministerio de Salud ya no se acuerda de que desde el principio de la cuarentena anunció que, más tarde o más temprano y por muchas precauciones que se tomaran, el ritmo de contagio aumentaría radicalmente. La idea era retrasar lo más posible ese “pico de contagio” para que la salud pública tuviera tiempo de equiparse… ¿Ya no se acuerdan de “va a llegar el momento de empezar a contagiarnos, para desarrollar defensas”?

Más de cinco meses después, con unos niveles de contagio que, comparando con las cifras de otros países, son todavía muy moderados, anuncian que el sistema de salud está por colapsar. El personal sanitario no tiene el equipamiento adecuado, así que lo compran ellos mismos, no hay insumos suficientes, los que se toman la prueba esperan semanas para tener el resultado, etc., etc.

El olvido selectivo les había funcionado otras veces, con el dengue por ejemplo, cuando hablaban solo de jarrones, cubiertas y baldes para remarcar la culpa de los ciudadanos; pero nunca se acordaban de su propia responsabilidad, de que el país entero es un inmenso criadero de mosquitos gracias al mal estado de calles, rutas y veredas, llenas de agujeros bien provistos de agua por las sistemáticas pérdidas de ESSAP y que nuestra salud pública colapsa todos los inviernos por las gripes y todos los veranos por el dengue.

Ahora el olvido no está funcionando, porque la gente está demasiado cansada de la cuarentena y tiene demasiado tiempo para recordar lo que se primero se dijo y después se desdijo. Entonces es la hora de buscar excusas y encontrar a quién cargarle la culpa, para eludir sus propias responsabilidades… ¿Y quiénes van a ser sino los ciudadanos los que reciban todos los plagueos?

El contagio ha subido porque, para sobrevivir, las personas han salido a trabajar, porque es imposible mantener distanciamiento en el transporte público y porque la gente, efectivamente, se está relajando; pero ese relajamiento tiene dos causas principales: los ciudadanos “comunes” (que diría el diputado Portillo) le han perdido el respeto a los portavoces del Ministerio de Salud y ven que, sistemáticamente, los “grandes hombres” de la política incumplen, de manera pública y notoria, hasta las más mínimas normas sanitarias.

A estas alturas el gobierno, muy especialmente la plana mayor del Ministerio de Salud, que fueron apoyados y admirados en los primeros días de la crisis sanitaria, se están convirtiendo en los villanos de esta historia… No tiene caso preguntarse si son corruptos o incompetentes, porque la mayoría de los ciudadanos ya cree que son ambas cosas.

rolandoniella@abc.com.py

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