¿Ciudadanos o mendigos?

Nos han degradado de ciudadanos a mendigos. Suplicamos por una gota de agua, un ratito de energía eléctrica, algo de dignidad en la atención médica. Hoy, más que nunca, los derechos humanos más básicos son todo un privilegio en nuestro país. Lejos de garantizarlos, el Gobierno los reparte como migajas y para colmo las autoridades pretenden que les agradezcamos por eso.

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En un país asentado sobre uno de los reservorios de agua dulce más grandes del mundo, el acuífero Guaraní, el acceso al agua potable es cada vez más difícil. Increíble es que esta semana muchos de nosotros hayamos pasado más de tres días implorando que de una canilla de nuestras casas salga al menos una gota con la que sofocar el calor. Essap no lo previó y sus reservorios se llenaron de algas, dijeron, pero a la par nos quisieron hacer sentir culpables, “responsables” de su ineficacia, alegando que no tenemos agua porque “se malgasta”; no sabemos utilizarla supuestamente.

Incluso cuando ya está bien gastado el título: “Ande promete verano sin cortes”, también nos quedamos sin energía eléctrica cuando llueve y cuando no llueve y llegamos a sentarnos en nuestra cama por la madrugada, a oscuras, rodeados de mosquitos y con el sudor recorriendo nuestro cuerpo, implorando un poco de agua y que vuelva la energía para poder encender un ventilador. Está en la ANDE y en la Essap planificar, pero también en este caso nos quieren hacer responsables a nosotros, que no informamos cuando compramos una heladera nueva y por eso “se sobrecargan los transformadores” y tampoco “pyragüereamos” lo suficiente a nuestros vecinos, que sin trabajo, sin salud, sin agua, sin nada, “osaron” instalar una toma “clandestina” de electricidad.

Pero además de suplicar por algo de agua y energía eléctrica, suponiendo que tengamos la gracia de contar con un trabajo estable y acceso a la educación, si llegamos a enfermarnos habremos de arrodillarnos por atención médica digna. De nuevo con el dengue nos quieren tirar toda la carga a nosotros, porque no eliminamos los criaderos de mosquitos en los inmuebles de los vecinos, a donde no podemos entrar y que el Estado sí tiene condiciones de limpiar. Ahora con el covid-19 también nos quieren hacer responsables. Autorizan mil personas en Caacupé, pero si los infectados y muertos aumentan, nosotros tendremos la culpa por no usar tapabocas.

Cómo no va a querer la gente ir a rezarle a la Virgencita, si en este país los gobernantes de turno nos prefieren a los ciudadanos convertidos en mendigos y pareciera que lo único que nos queda es elevar plegarias por el milagro de una vida digna.

mariana.ladaga@abc.com.py

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