Sin embargo, en aquellas familias con menores recursos económicos, cuyos integrantes con mucho sacrificio logran comprar un pequeño televisor, el aparato se convierte en una joya preciada.
En este tipo de hogares, donde existe un solo aparato televisor, por lo general se generan “peleas” entre los integrantes a la hora de elegir un programa para ver. Ese producto electrónico es considerado un bien sumamente importante para estas familias de precarias condiciones, principalmente por las dificultades que debieron superar para conseguir el dinero para comprar.
En pleno siglo XXI, numerosas familias que viven en esta triste realidad fueron víctimas de la deficiencia de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) en las comunidades del departamento de Alto Paraguay. Usuarios de pocos recursos económicos sufrieron la pérdida de los pocos electrodomésticos y aparatos electrónicos que poseían, debido a los continuos picos de tensión del sistema de suministro de energía. Ahora ni siquiera saben a quién o dónde más reclamar para recuperar sus preciados bienes.
En algunas casas llegan entre 270 y hasta 290 voltios, produciendo el estallido de focos y la quema de aparatos, siendo los televisores los más dañados.
“Nuestra gente no sabe a quién reclamar por estas pérdidas, ya que todos hacen oídos sordos”, expresó recientemente durante una misa el obispo del Vicariato del Chaco, monseñor Gabriel Escobar. Urgió la construcción de una subestación de la ANDE en el departamento para mejorar la calidad de vida de los habitantes que hacen patria en estos lejanos lugares.
Es hora de que la energía proveida por la ANDE sea sinónimo de progreso para esta zona y no sea generadora de pérdidas y de atraso.