Así es frecuente también escuchar a líderes políticos utilizarla en exceso cuando tienen problemas locales y fabrican una amenaza externa para distraer a la opinión pública. De ese modo la palabra solo es cáscara utilizada dentro de la pirotecnia de masas para desviar la atención de lo realmente importante.
Pero quiero hablarle de otro concepto de soberanía, aquel que se construye todos los días en cada acción, en cada gesto, y que viéndolo desde el interés común está indisolublemente asociado al de patriotismo, o amor a la patria, para la que se procura todo su bien.
La amenaza de esta semana de problemas con la provisión de oxígeno medicinal por parte de una de las grandes empresas proveedoras del mercado, ante el enorme aumento de la demanda, y que abastece al 30 por ciento del mercado, con 11 grandes hospitales públicos bajo su responsabilidad, nos llevó a recordar un ejemplo que bien puede equipararse al de soberanía y patriotismo. Fue en el año 2006 que, como producto de una tesis de un inquieto profesional, el Instituto de Previsión Social inició un proceso que le llevaría un par de años, pero que finalmente se concretaría.
El investigador planteaba en su tesis, que al IPS le convendría mucho más ser autosuficiente y no depender de la compra de oxígeno medicinal que sistemáticamente realizaba desde hace décadas a algunas empresas multinacionales.
En la hipótesis de este estudiante, el Instituto de Previsión Social, que venía comprando ingentes cantidades de oxígeno, estaba sometido al comportamiento oligopólico de estas empresas.
En ese momento el IPS les pagaba unos dos millones de dólares al año, suma que, bien invertida, podría ser una excelente inversión para la previsional.
La propuesta, instalar dos plantas procesadoras en el Hospital Central, con una inversión que podría ser recuperada rápidamente, en el plazo de un año.
Bajo la presidencia del ingeniero Pedro Ferreira, el IPS llevó adelante el proceso licitatorio, y al cabo de tres años las plantas fueron realidad. La inversión se recuperó en menos de un año, nos dijo el viernes en la 730AM, el ingeniero Cirilo Hernáez, proponente del proyecto y hoy director de Recursos Tecnológicos de la previsional.
El ingeniero también confirmó que apenas instalada las plantas del IPS, las multinacionales tomaron la decisión de bajar drásticamente los precios del producto. “Actuamos como una especie de ente regulador” describió, explicando que los precios tuvieron que sincerarse porque estaban sobreestimados.
Con amplio conocimiento del tema, Hernáez también insistió en que todos los hospitales del sistema público pueden autoabastecerse de oxígeno, ya que la inversión no es muy alta, y obligándonos a preguntarnos ¿por qué no se toma la decisión de hacerlo eficientemente? pensando en los casos hasta ahora frustrantes del Hospital Nacional en Itauguá, el Ineram y el Hospital de Trauma, sobre los que este diario realiza varias publicaciones en las que nos encontramos con los sospechosos de siempre.
La soberanía no solo se traduce en la instalación de alguna base militar en el punto más alejado de nuestra línea fronteriza y ser patriotas, no es pegarnos el pecho con una escarapela o desfilar marcialmente cada 14 y 15 de mayo
El verdadero patriotismo está en el día a día, en cada gesto que exhibimos. Administrar los bienes públicos pensando en el interés general debería ser una norma, un valor, no algo excepcional. Sin embargo, entre tanto bandido manoteando el dinero público, nos permitimos destacar este caso, como un ejemplo de que cuando se piensa en el interés colectivo y no particular, se demuestra el genuino patriotismo, aquel que busca el bien común, y se ejerce la verdadera soberanía, aquella orientada hacia la genuina independencia.
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