Paraguay necesita medidas urgentes ante la pandemia para evitar hecatombe

Está semana, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades, advirtió este miércoles (24.11.2021) que Europa necesita “urgentemente” tomar medidas más drásticas para frenar el rebrote del coronavirus, y adelantó que si eso no ocurre, el sistema de salud del Viejo Continente corre el peligro de verse muy superado entre enero y marzo de 2022.

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En las últimas semanas, la situación se ha recrudecido, y países como Alemania o Austria están registrando sus mayores niveles de contagios diarios hasta la fecha y han ordenado nuevas medidas de confinamiento para tratar de controlar la situación.

Entonces, pregunta que nos planteamos de manera local, es que medidas podemos adoptar entre todos para mejorar la situación epidemiológica actual en el Paraguay, donde estamos entrando en la tercera ola del Covid.

Lo divido en dos puntos, desde el ámbito de la población y por otro lado de la medicina paraguaya.

Primero con relación a la población, aquí encontramos dos aristas importantes.

Por un lado aumentar el número de vacunados. Actualmente las vacunas la disponemos en varias plataformas y con diferentes estrategias desde el Ministerio de Salud para su aplicación, lastimosamente nos enfrentamos con un fuerte arraigo muy propio nuestro los paraguayos de total desinformación o creer en falsas noticias. También tenemos instalado mitos y temas religiosos que dificultan está campaña nacional.

Otra situación que actualmente está presente en la población es menospreciar los primeros síntomas de la enfermedad, no se consulta de manera precoz y mucho menos se realizan los testeos. Esto ocasiona que no se pueda realizar una de las principales estrategias para detener un brote, que es el bloqueo sanitario.

Segundo, con relación a la medicina paraguaya, y aquí no solo hablamos del Ministerio de Salud. Todos los médicos de las distintas especialidades (pediatras, traumatólogos, anestesiólogos, oftalmólogos, etc.) aunque no era de su día a día esta patología, estudiaron mucho sobre esta nueva enfermedad y se volvieron médicos de cabecera de familiares, amigos y otros.

En la actualidad, nos expresan nuestros valientes colegas de urgencias y consultorios de los hospitales respiratorios de Alto Paraná, que muchos pacientes antes de llegar a los hospitales se tratan previamente en sus casas, demoran en esa primera consulta precoz, tan importante. Aplicando tratamientos de la medicina tradicional o casera, automedicándose, o seguidos por médicos muchos de éstos no tan avezados en el seguimiento de casos con Covid.

Y en este punto es donde debemos insistir, con la formación médica continua, ya no es lo mismo tratar ahora de manera ambulatoria a un paciente que hace un año. Esto nos enseñó esta pandemia. Como la medicina avanza en favor del mundo en poco tiempo. Y por qué esto es tan importante, por que una mala decisión de ese médico en cuanto al tratamiento ambulatorio o remitirlo oportunamente a un centro asistencial, y realizar métodos auxiliares de diagnósticos o establecer criterios de internación, pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte de nuestros pacientes.

Esta semana, asistimos de manera virtual a una charla organizada por Ciencias del Sur, donde el reconocido Prof. Dr. emérito Antonio Cubilla, nos decía que el mayor aprendizaje que nos deja esta pandemia y que debemos incorporarlo a nuestro subconsciente son los cambios de hábitos de vida: alimentación saludable, bajar de peso, realizar actividades físicas y realizar controles médicos periódicos. Si esto no aprendimos otra nueva ola de esta pandemia o una nueva ocasionada por nuevos virus, nos puede encontrar en la misma situación que la actual.

“Nada sin ti, nada sin nosotros”, dice un lema de la iglesia católica y se refiere a las gracias que nos da la Virgencita en todo lo que le pedimos, pero también en el trabajo que cada uno debe realizar para que se concrete lo suplicado. También esto, podemos trasladar a nuestra realizad nacional, donde por un lado está el tesonero labor que realizan las autoridades sanitarias y el personal de salud. Pero cada uno de nosotros debe poner su granito de arena, vacunándonos, y continuar con las medidas de protección no farmacológicas.

Recuerdo que un día recorriendo los hospitales respiratorios en el Alto Paraná me vi avasallado, triste, desesperado, por la cantidad de pacientes en salas de espera, urgencias, internados y UTI colapsados. Esa mañana hablé por radio con Mabel Rehnfeldt y le comenté que me encontraba rezando en una capillita. Hoy continuo asistiendo a esa capillita, orando por todos los que habitamos está hermosa nación. Que esta tercera ola no sea tal cual, sino una simple olita.

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