Los juegos de nuestros abuelos

Un chico de 9 años fue a pedir un trompo en una despensa. No había. Preguntó por una pandorga, tampoco la tenían. Finalmente se le ocurrió comprar balitas. Recibió otra negativa. Partió entristecido y fue a jugar futbol con sus amigos. En este día del niño es una ocasión propicia para recordar los juegos de nuestros padres y abuelos que han desaparecido casi por completo.

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Algún educacionista o psicopedagogo puede tomar nota y volver a recuperar estos entretenimientos. Servían para socializar y participar con alegría y bullicio. Los ecos de las risas resonaban por las paredes de las casas y escuelas. Todos los vecinitos se congregaban en horarios de ocios para practicar el escondite, la goma, la piola, pelota muerta y la ronda. Otras actividades eran: gallito ciego, pasará pasará, tiquichuela, descanso, en el fondo del jardín y trompos o peonzas. Tampoco hay que olvidar las pandorgas, policías y ladrones, sale el sol, arroz con leche me quiero casar y balitas en hoyos. Recordamos igualmente: rayuela, yo yo, muñecas de trapos, carreras con camioncitos, la cigüeña solitaria, veo veo, bailando con la escoba y tantos más.

Desarrollamos a continuación algunos, para los cuales se necesitan muy pocos elementos. : 1- Escondite: Es muy sencillo y gusta mucho a los pequeños. Hay uno que con los ojos cerrados cuenta hasta cierto número para que el resto del grupo se esconda. Luego sale a capturarlos y estos llegan hasta el lugar sin que hayan sido descubiertos. 2-La goma. Solo se usan metros de elástico que se colocan alrededor de las piernas de dos participantes y los demás los van saltando y agarrando con los pies. Cada vez la goma se coloca más alto. Es un excelente ejercicio para las piernas y los músculos. 3- La piola se emplea para saltar hasta que se canse el chico que la practica. 4- Pelota muerta: se forman dos grupos para jugar y se divide en dos partes. Los jugadores tienen que acertar con la pelota a miembros del equipo contrario y con esto los va eliminando del campo. Exige agilidad, precisión y movimiento. 5- Ronda: es muy simple y se toman todos de las manos en circulo para cantar músicas infantiles.

Seguimos con esta cultura lúdica que es fascinante ya que hace trabajar el cuerpo y al mismo tiempo divierte sanamente. 6- La pandorga o barrilete: Es un objeto hecho de papel y sujetado con hilos que se hace volar gracias a la fuerza del viento. En agosto la solemos observar volar altísimo y realmente es fantástica y colorida. Hay que tener cuidado que no caiga ni se enrede con cables de suministros eléctricos. Puede ser fatal. La juega un solo chico o en grupos. Las horas pasan volando con esta distracción. 7- Trompos: se fabrican de maderas o plástico. Se enrolla con hilos y se hace girar en el suelo. Requiere fuerza, velocidad y precisión. Es súper entretenido. 8- Gallito ciego: Se coloca un pañuelo sobre los ojos del participante y este debe reconocer a los otros solo usando el sentido del tacto. 10- Balitas. Se dispone de balitas en una bolsa y se va tirando hasta hacer llegar a un hoyo con mucha precisión y destreza. Se juega solo o en grupo.

Estos juegos tradicionales pertenecen a los tiempos de nuestros padres, tíos y abuelos. Corresponden a épocas que no existían celulares ni video juegos. De hecho, nuestras pelotas estaban hechas de medias viejas o trapos igual que las muñecas. Las latitas de sardinas usábamos para hacer un camioncito y de papeles eran los aviones y barquitos. Que años de felicidad y amistad. Vale la pena recordar aquella infancia de ilusión, alegría e inocencia. Al conectar con el lado positivo de nuestro niño interior volvemos a esa nostalgia de trepar arboles para comer guayabas y mangos. Para personificar duendes y fantasmas de siesta y al caer el atardecer. A bañarnos en los arroyos limpios y juntar flores para la madre o la maestra. Que maravillosos juegos aquellos que se grabaron en nuestras memorias.

blila.gayoso@hotmail.com

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