Cuidemos más aquellas cosas que nos unen

En medio de tantas cosas que abren brechas entre los paraguayos, como la política, la corrupción, la impunidad, la inseguridad, en el 2022 hubo acontecimientos que sirvieron para unirnos en la emoción y en la alegría; uno, artístico, los Grammy de Berta Rojas; otro, deportivo, los Juegos Odesur. Esto tiene un mensaje explícito.

audima

La cultura, el arte, el deporte poseen una innegable trascendencia en los sentimientos y hasta el humor de la sociedad. Cualquier gobierno que quiera tener un vínculo cercano con la gente debe de atender estas manifestaciones. Debe planificar políticas de Estado al respecto, porque el deporte y el arte ennoblecen al ser humano y la cultura eleva al ciudadano a un estadio de trascendencia.

Los políticos no dimensionan lo que esto significa y a estas manifestaciones las tienen lejos de todo cuidado, sin la atención necesaria y, sobre todo, sin el presupuesto requerido para su desarrollo y expansión.

Es casi imperceptible el apoyo gubernamental al arte. Y el deporte, en especial todo aquel que no sea fútbol, vive en la casi mendicidad rogando por algún fondo público disponible o por un auspicio privado.

Cuántas Berta Rojas podríamos tener con una mayor visión respecto a políticas públicas para fomentar las vocaciones artísticas. Berta llegó a donde llegó gracias a su propio esfuerzo y al de quienes la apoyaron en su carrera. Pero la alegría de sus Grammy fue de todos y celebraron tirios y troyanos.

Los juegos Odesur, por su parte, pasaron por una verdadera odisea hasta llegar a su realización. En julio del 2019 el gobierno renunció a Odesur 2022 alegando que el dinero que pudiera costar la organización lo aplicaría al nuevo Hospital de Barrio Obrero, al cual se destinarían 60 millones de dólares. Sin embargo, en octubre del 2019 Odesur ratificó a Asunción como sede, cuando el gobierno retomó el compromiso, convencido del impacto positivo que tendrían esos Juegos en los jóvenes. Se irían a jugar del 1 al 15 de octubre de este año.

Y aquellas llegaron a ser fechas indelebles en la memoria de muchísima gente, incluso en la de quienes no son afectos a los deportes. Estos dejaban lo que estaban haciendo para conectarse con las competencias en equilibrio y paz mental. Las medallas ganadas por cada deportista eran un motivo de festejo que incluía a todos quienes desearan festejar.

Cuántas medallas más pudieron haber ganado deportistas compatriotas de haber tenido el espaldarazo de su propio gobierno. Hubo alguna ayuda, pero no fue ni por lejos el aporte ideal que pudiera proyectar a nuestro deporte y nuestros deportistas, aunque fuere a escala regional.

En este contexto, ningún candidato, que yo sepa, propaló algún proyecto de apoyo a la cultura y al deporte. El deporte y el arte nos unen, y el candidato que entienda esto sabrá ganarse el respaldo de una vasta comunidad de personas conscientes de sus derechos y respetuosas de sus obligaciones. Cuidemos más las pocas cosas que nos unen.

nerifarina@gmail.com