Todo bien con la Semana Santa, sobre todo en años como el actual en que apenas comenzó el mes de abril, por lo que aún hay remanentes del salario, lo que hace más fácil llevar adelante los planes de viaje. El tiempo también juega a nuestro favor, noches frescas y días más que agradables permiten estar cómodos, no pasar sofocones y armar en el patio las carpas para los más jóvenes, que ya no caben en la casa del pariente en cuestión. Los niños, ubicados así bajo los árboles en el patio, estarán felices y los recuerdos de estas salidas les van a acompañar para siempre.
Ahora bien, ¿estamos encarando con seriedad los detalles del viaje, está nuestro vehículo en condiciones, con el mantenimiento al día, la rueda de auxilio en buen estado y los documentos en regla? Se estima un traslado de aproximadamente 1,2 millones de personas, que se estarán desplazando en los próximos días hacia diferentes sitios del país (también el extranjero) a través de las rutas nacionales, y la mayor parte de las mismas retornará el día domingo a sus domicilios. Todo esto requiere de orden y disciplina, caso contrario puede dispararse el caos.
Por su lado, el Estado ya está llevando adelante un operativo gigantesco, en el que –solamente por citar algunas cifras relacionados a los funcionarios y equipos móviles que estarán operativos- se realizará un despliegue de aproximadamente 400 inspectores de la Patrulla Caminera hasta el lunes 10 de abril, con el objetivo de garantizar la seguridad del tránsito en todas las rutas del país.
Nos molesta que nos detengan a pedir los documentos correspondientes (sobre todo cuando estamos en falta) y nos irritamos muchísimo cuando somos pescados al haber realizado un adelantamiento indebido o excedido el límite de velocidad… pero es nuestra obligación cumplir con las leyes. Desde el martes santo más de 40 Jefaturas y destacamentos de la Policía Caminera trabajarán en conjunto con el Ministerio Público y la Policía Nacional, permitamos que realicen con normalidad su trabajo, y no causemos más caos del que de por sí habrá por la cantidad de vehículos en las rutas, evitando incurrir en las infracciones mencionadas, además de conducir bajo los efectos de la ingesta alcohólica y otros, respetando así los enunciados de la Ley N° 5016/14 de Tránsito y Seguridad Vial.
A los casi 400 efectivos mencionados se suman 54 camionetas y automóviles, 6 camiones plataforma y una veintena de motocicletas, además de un par de ómnibus, y si bien todo esto sale del bolsillo del contribuyente, tiene por objetivo reducir a través de la disuasión y castigo multas de por medio la cantidad de accidentes, además claro está de hacer más fluido el tránsito.
Tenemos que estar a la altura, todos y cada uno de nosotros: Es importante que entendamos que la responsabilidad primaria recae primero y por sobre todo en cada ciudadano, y que todos estos controles serán mucho más eficientes si no circulamos por las banquinas y respetamos las filas, y que todos tenemos los mismos derechos y obligaciones, por lo que en realidad somos muy malos ciudadanos si transportamos a personas en las carrocerías y pésimos padres si nuestros hijos viajan sin cinturón de seguridad. ¿Me quedé solamente “un ratito” en la banquina, y puse las luces intermitentes? En realidad, estoy poniendo en peligro a toda mi familia, esta es la forma en que tenemos que verlo, y así también tenemos que ver al que lo hace poniéndonos en riesgo, así que ¡basta del aichinjáranga!
Lo mismo vale para los motociclistas, que deben extremar cuidados por las características de sus medios de locomoción. Todo el respeto del mundo hacia ellos, pero al ser mucho más vulnerables también deben ser muy cuidadosos. No existen los conductores de primera y de segunda, todos somos iguales detrás de cualquier volante que sea, y debemos respetarnos entre nosotros.
En estas fiestas de Semana Santa, todos debemos estar a la altura de las circunstancias en lo que a las normas y reglamentos de seguridad vial se refiere. Desde el chofer del ómnibus de pasajeros, hasta el padre de familia al volante de su automóvil, pasando por el chofer del camión hasta el señor que maneja una moto: Recordemos que nuestro Señor Jesucristo resucitó al tercer día para salvarnos, pero no esperemos nosotros tener la misma suerte si morimos en un accidente en la ruta: Lo más seguro es que seamos solamente una estadística más como víctimas de la imprudencia al volante.