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Los tiempos cambiaron, ya no es la misma ciudad como en la década del 70 80 o 90. Sin dudas, la llegada de la ruta pavimentada a la ciudad trajo el progreso, pero también trajo consigo los enormes desafíos y problemas a solucionar como el caso de la delincuencia, inseguridad, robos domiciliarios y los llamados microtraficantes etc.
La población ha crecido demográficamente, se han creado nuevos barrios en donde pululan los jóvenes dedicados al microtráfico y otros directamente que se dedican al robo domiciliario. Ante esta situación, vecinos del barrio Obrero se reunieron y conformaron una comisión de seguridad ciudadana. Ellos mismos señalaron que la organización debe llamarse Comisión Garrote, para reducir y “corregir” a los delincuentes ya que la justicia no hace caso a los reclamos populares.
Se quejaron del actuar de la justicia y plantearon la modificación de la ley para que sea más severa en contra de los delincuentes y en especial en contra de los robos bagatelarios. El concejal municipal Marcos Benítez (ANR) señaló que fue víctima de robos en varias ocasiones y la persona que ingresó a su domicilio estuvo apenas tres meses en la cárcel y luego fue puesta en libertad. Señaló que esa misma persona tiene como 30 antecedentes por hurto y robo agravado y la justicia lo sigue premiando con la libertad.
Ante estas denuncias, el director departamental de la Policía Nacional, comisario Nicolás González, dispuso el cambio de los jefes de la comisaría del barrio Obrero, Yataity y Ytororó, de manera de brindar respuestas rápidas a la ciudadanía.
Para el efecto, también el director departamental de la Policía Nacional creó una Unidad Operativa Táctica Motorizada para combatir la delincuencia, pero la ciudadanía ya está cansada de la inacción de la justicia. Si la justicia no actúa conforme a derecho, la ola de delincuencia seguirá en auge y los barrios de la ciudad de Pilar se llenarán de comisión garrote para corregir a los malvivientes.