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Pero también tengo CERO DUDAS de que ingresaron muchos ciudadanos y ciudadanas que hicieron mérito, que gastaron sus escuálidos fondos para someterse al concurso, que compitieron respaldados por sus títulos académicos y experiencias laborales, sus fortalezas y habilidades cognitivas. Gente que vio la oportunidad y se jugó, que hizo gastar a sus familias, que pidió plata prestada para soñar que también podía.
Estamos asistiendo a lo que parece ser la más miserable de las formas de vendetta política. Las sospechas se basan en dos hechos irrebatibles:
1) En varias instituciones están barriendo con UNOS para meter a OTROS. Si alguien pensó que era para achicar el Estado, mentira.
2) Al Director General Paraguayo de Itaipú, Justo Zacarías Irún, no se le movió el bigote para anunciar que dejaba sin efecto el proceso por sospechas de amañamiento mientras está nombrando como nuevos funcionarios de Itaipú a privilegiados cartistas y a parte de su equipo de hurreros. Uno nada más: el polémico capitán al que vimos encabezar hechos vandálicos en CDE, Carlos Florenciañez, como “asesor de información”.
En base a estos hechos inapelables podemos sospechar que, si fue amañado el primer concurso, también lo será el segundo.
Con toda la inmensa infraestructura con la que cuenta Itaipú, no les costaba nada revisar el proceso uno por uno y, fundamentadamente, poner bajo la lupa los casos más sospechosos. Desde afuera todo esto luce como una asquerosa vendetta política por la que pagarán caro ciudadanos y ciudadanas que confiaron en el sistema, que abandonaron la certeza de sus puestos laborales anteriores para jugarse por el ganado válidamente en concurso.
En pocas palabras, están midiendo a los más por los menos… para justificar un nuevo llamado donde el actual gobierno pueda meter el garfio como antes pudo haber metido el otro.
En el medio, y de queso del sándwich, los compatriotas crédulos. La gente que soñó que sin padrinos, compadres ni seccionaleros, solo con capacidad y sin chupamedierismo, podían también dar un mordisco al caviar del funcionariado público paraguayo. Hombres y mujeres que compitieron en exámenes, entrevistas, papelería y viajes para acceder a ese privilegiado mundo donde solo entran los escogidos. Esa vitrina VIP de las binacionales a las cuales pertenece solo una casta y por donde desfilan el poder político y los sueldos del primer mundo… con bendición y permiso de los poderosos de turno.