En la familia de Michelle Valiente, los vínculos del corazón y los lazos sanguíneos no son los únicos puntos que se comparten, pues la pasión por el vóley actúa como el común denominador entre sus allegados. “En mi casa, todos siempre jugaron esta disciplina; desde que tenía ocho, practicaba vóleibol con mi mamá. A los doce, inicié en un club y, al año siguiente, me convocaron para la selección de vóleibol de playa de menores; esta experiencia me conquistó”, comenta la joven.
Para la atleta, el vóleibol de playa es un deporte emocionante y llamativo, pues exige que la pareja competidora se integre a la perfección. “Si bien este deporte se desarrolla entre dos personas, también es individual. Por eso, si uno de los jugadores está bien, pero el otro no; no funcionará. Tenés que complementarte muy bien con tu dupla”, expresa Michelle.
Desde competencias sudamericanas, hasta las disputas de los juegos Odesur y los torneos Bolivarianos, Michelle ha colocado en los podios a nuestra tricolor. “Participé en varias competencias internacionales. La olimpiada de menores de China, a mis 18 años, marcó mi vida; desde ese evento, me di cuenta de que quería dedicar mi vida a este deporte. Además, me llena de orgullo recordar la medalla de oro que obtuvimos en los Juegos Suramericanos del 2018, todavía parece un sueño”, relata la atleta.
Si bien Michelle juega vóleibol de pista por diversión, practicar esta disciplina en la arena constituye su pasión. “La esencia del vóley de playa es diferente. En la pista, te desempeñas con cinco personas más y tenés un solo rol; por otro lado, en el vóleibol de playa, hacés diferentes cosas, como lanzar, recepcionar, rematar y bloquear todo el tiempo”, explica la joven. Actualmente, la jugadora es una atleta profesional y recibe una beca de la Secretaría Nacional de Deportes.
“Como deportista, viví la transformación que atravesó el vóleibol de playa en nuestro país; en la actualidad, con el apoyo que recibimos del Comité Olímpico Paraguayo, me siento más segura de dedicarme a esta disciplina. Además, veo que hay más gente joven practicado vóleibol de playa; entonces, esta disciplina tiene futuro”, menciona la atleta. Por otro lado, Michelle expresa que este deporte es bastante accesible para todos, pues ni siquiera se requiere de un calzado deportivo para poder practicarlo.
Michelle Valiente deja un mensaje a los jóvenes: “¡Anímense a jugar vóleibol de playa! No le tengan miedo a la arena y al sol, ya que se pasa muy bien. A pesar de que se empieza desde abajo, este deporte te puede abrir las puertas al mundo y cambiar así tu vida”.
Por Rebeca Vázquez (18 años)